Colombia y los Estados Unidos negocian la suerte de Salvatore Mancuso, el jefe paramilitar condenado por cientos de crímenes y narcotráfico. La defensa de Mancuso pidió a los Estados Unidos que el exjefe paramilitar fuera enviado a Italia. EL COMEJÉN entrevistó a Francesco Forgione sobre el tema Mancuso, la política antimafia aplicada por Italia y las dificultades de México y Colombia para combatir a las organizaciones criminales y mafiosas.
Francesco Forgione nació en Calabria, Italia. Fue diputado de la Asamblea Regional Siciliana y presidió la Comisión Parlamentaria Antimafia del Parlamento Italiano. Profesor de sociología de organizaciones criminales en la Universidad de la Aquila. Dirige el Curso de Sociologías de los fenómenos mafiosos en la Universidad de Palermo. Es autor de numerosos libros y ensayos entre los que se destaca Mafia export. Cómo la ´Ndrangheta, la Cosa Nostra y la Camorra han colonizado el mundo. Editorial Anagrama, 2010. Publicó con la editorial El Viejo Topo la versión en castellano de su libro La ’Ndrangheta. Una mafia en la sombra.
¿Qué le puede esperar a Salvatore Mancuso en Italia?
La historia de Salvatore Mancuso en Colombia no es muy conocida en Italia, sin embargo, se asocia su nombre a la lucha contra la mafia. Lo poco que se conoce sobre Mancuso en Italia es por el periodismo de investigación y por las acciones de la fiscalía antimafia. La posibilidad de su expulsión a Italia provocó mucha reacción en los medios locales porque estamos hablando no solo de una persona condenada por cientos de crímenes, sino de un narcotraficante internacional. Un narcotraficante muy relacionado con las mafias italianas, sobretodo con la ‘Ndrangheta, la organización que importa la mayor cantidad de cocaína a Europa. Si Mancuso recala en Italia, esto puede traer una reacción de la sociedad civil y la opinión pública.
El tema Salvatore Mancuso es importante porque permite que la sociedad italiana se entere sobre lo que realmente pasa en Colombia, sobre lo que está ocurriendo con los acuerdos de paz y el asesinato de líderes sociales. Mancuso representa una parte de la violencia que ha castigado a Colombia. Es bueno que la sociedad colombiana sepa la relación entre las mafias con la política, porque la mafia sin política sería una vulgar organización delincuencial. La mafia italiana ha persistido a lo largo de un siglo por sus ramificaciones políticas.
Tú presidiste la comisión antimafia del Parlamento italiano. ¿Qué puede aprender Colombia de esta experiencia?
Italia es el país que ha producido el fenómeno criminal conocido en todo el mundo con la palabra “mafia”. También es el país en el que surgió el más grande movimiento civil contra la mafia y la legislación más dura contra el crimen organizado. La legislación italiana contra el crimen organizado, junto con la inteligencia investigativa que hemos construido en muchos años, son consideradas como un modelo para el mundo.
Más de 300 municipios han sido disueltos en Italia en aplicación de la ley antimafia, por infiltración de organizaciones criminales en la vida pública.
En Italia, el sólo hecho de pertenecer a una organización mafiosa es considerado como un delito muy grave, aunque el sindicado no haya cometido otras infracciones penales. La comprobación de pertenencia a una organización criminal implica el secuestro y confiscación de todos los bienes de la persona acusada. Esto se aplica en forma automática porque consideramos que la finalidad de una organización mafiosa es de carácter económica y política. No es una organización delictiva cualquiera. La mafia es un sistema de poder político, económico y financiero. Una organización criminal sin mafia, sin política, no es una mafia. Puede existir una política sin mafia, pero no puede existir una mafia sin política, sin relaciones con el poder.
La cárcel no es un problema para los mafiosos, se convierte en un problema para los jefes si ven interrumpida la comunicación con sus subalternos que están fuera.
Una mafia busca el consenso político, social e institucional. Por esta razón nuestra legislación es muy fuerte. Por ejemplo, contamos con herramientas legales que permiten la disolución de los municipios y las alcaldías en las que se compruebe que tienen relación con la mafia. Más de 300 municipios han sido disueltos en Italia en aplicación de la ley antimafia, por infiltración de organizaciones criminales en la vida pública.
La Comisión Antimafia es una instancia relevante del Parlamento italiano, consta de 25 diputados y 25 senadores y tiene el mismo poder de la Fiscalía. Esta comisión actúa enérgicamente y cada año presenta un informe sobre el crimen organizado.
Poder político, económico, financiero y territorial, son los cuatro pilares que sostienen a las organizaciones mafiosas.
En Italia tenemos unas normas carcelarias muy restrictivas para las personas condenadas por pertenencia a la mafia. Los jefes de la mafia están sometidos a una tipología carcelaria en la que se interviene su correspondencia, son vigilados con cámaras las 24 horas del día, salen de la celda dos horas diarias para airearse y sólo pueden tener contacto con otro preso en su celda. Reciben una sola visita familiar al mes, sin contacto físico. Es una ley muy fuerte, discutible si se examina el tema de las garantías y los derechos humanos, pero fue fundamental para romper toda posibilidad de comunicación entre los jefes mafiosos y las estructuras externas. La cárcel no es un problema para los mafiosos, se convierte en un problema para los jefes si ven interrumpida la comunicación con sus subalternos que están fuera.
En tus libros analizas mafia, poder político y sistema financiero. ¿Qué novedades has encontrado en tus recientes investigaciones?
El régimen carcelario para los jefes mafiosos se complementa con una normativa estricta en materia económica. Las organizaciones criminales mafiosas y narcotraficantes son la forma más despiadada de la economía capitalista. Es el aprovechamiento del capital sin ninguna regla, empleando además, la violencia como instrumento para acumular poder político, económico y financiero. Pero, lo más importante, es la capacidad intimidatoria que ejerce la mafia sobre la población con el fin de obtener el control territorial. No hay mafia sin control territorial. Poder político, económico, financiero y territorial, son los cuatro pilares que sostienen a las organizaciones mafiosas.
Italia, México y Colombia tres países cubiertos por la mafia. ¿Actúan igual las mafias en estos países?
El problema que hoy tenemos en Italia es el de la “burguesía mafiosa”. Se trata de los sectores sociales que conviven con la mafia, cuya actividad económica se mueve en una frontera borrosa, entre legalidad e ilegalidad. La mafia mueve alrededor de 300 mil millones de euros anuales. La mayoría de este capital se invierte en la economía legal, en sectores productivos que van de lo lícito a lo ilícito y se aprovechan de la globalización.
En México como en Colombia la corrupción es el punto de contacto entre el narcotráfico y la política.
En los casos de Mexico, Perú o Bolivia el problema es, para nosotros, el narcotráfico. Colombia es uno de los principales productores de cocaína. En estos países latinoamericanos el narcotráfico se entrelaza con sectores políticos. La historia de Salvatore Mancuso es la historia de este tipo de relaciones. Es la utilización del narcotráfico para funciones políticas.
Un kilo de cocaína cuesta en la zona de producción un poco más de mil dólares. Cuando ese kilo de cocaína pura llega a manos de la ‘Ndrangheta calabresa, principal socio de los mafiosos colombianos y mexicanos, cuesta alrededor de 25 mil euros. Ese kilo de cocaína puro es cortado con otras sustancias hasta convertirlo en cuatro kilos para venderlos en la calle. Estos cuatro cuestan alrededor de 200 mil euros. Ninguna mercancía en el mundo produce, parodiando a Marx, la ultraplusvalía que ocasiona la cocaína.
Hay que golpear a los narcotraficantes, pero más que eso, hay que golpear al sistema de blanqueamiento del dinero de la cocaína. Para blanquear el dinero del narcotráfico es necesario un sistema complejo que involucra a directores de bancos, abogados internacionales y sociedades financieras colocadas en paraísos fiscales, lugares en los que no hay reglas salvo las del mercado.
La experiencia del movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo, es una clara manifestación de lo que llamo: Derecha Cultural.
Colombia produce cocaína. México no produce cocaína, pero sus carteles son el factor clave para moverla hacía los Estados Unidos y Europa. En estos tiempos de globalización no sólo hay que analizar el tema de la justicia sino también el asunto financiero. Al capitalismo le importan los capitales, incluyendo el capital del narcotráfico. Por esta razón la lucha contra las mafias y las organizaciones criminales tiene dos frentes. Por un lado es clave tener una buena legislación penal, jurídica, que consiga aislar la política del poder económico criminal y de otro lado una gran movilización social, ciudadana, complementada con el periodismo de investigación y la atención de los medios.
La movilización de la sociedad civil es determinante. En Italia, por ejemplo, el terrorismo de extrema derecha y extrema izquierda de los setenta fue derrotado porque el Estado reaccionó y el consenso social aisló a las fracciones terroristas. La mafia, en cambio, ha persistido en la vida italiana porque tiene ramificaciones políticas conseguidas mediante el poder económico y territorial. Colombia, pienso, necesita de una reacción de Estado y una reacción social para neutralizar y derrotar a las mafias y erradicar la violencia. Esto mismo vale para México. El México de hoy es como la Colombia de los años noventa, cuando los carteles controlaban el poder político. En México hay Estados que se pueden definir como narcoestados. La pobreza es un caldo de cultivo para la proliferación de las mafias. Sin políticas públicas de carácter social y una legislación potente, es muy difícil erradicar a las prácticas mafiosas.
En México como en Colombia la corrupción es el punto de contacto entre el narcotráfico y la política. En Italia la corrupción es el punto de contacto entre la política y la mafia. Luchar contra la mafia y contra la corrupción es una misma lucha. El consenso de las mafias se rompe a través de políticas públicas que beneficien a la mayoría de la población.
Eres candidato a la alcaldía en Isla Favignana ¿Cómo pinta el panorama político en Italia?
En Italia hay una fuerte confusión. No hay una izquierda autónoma que ofrezca una alternativa de sociedad. El gobierno que tenemos es lo único posible. La derecha italiana hoy está representada por una actitud racista, peligrosa, porque tiene en su seno un componente declaradamente fascista.
No hay partidos propiamente en los tres islotes (Trapani, Marsala e Isla Favignana) que componen el archipiélago de Las Egades. Son tres islas pequeñas en las que habitan unas 2500 personas. Hemos hecho una coalición con sectores de la izquierda más purista, una parte de la izquierda ambientalista y ecológica del Partido Democrático, sociedad civil y un sector de la derecha constitucional que guarda valores como la justicia y la honestidad. Compito contra dos candidatos.
La extrema derecha de Salvini no tiene candidato y los seguidores de Beppe Grillo, que eran la fuerza principal en la isla, se ha desmoronado y una parte de los jóvenes que lo seguían apoyan nuestra candidatura. La experiencia del movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo es una clara manifestación de lo que llamo “Derecha Cultural”.