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“El movimiento ecologista debe dejar de ser un poco elitista para tejer alianzas con otros tipos de lucha”: Lorena Ruiz-Huerta

Si el Gobierno no lleva a cabo estas políticas y no reduce las emisiones de CO2 en un 55%, entonces no está haciendo lo que la comunidad científica dice que hay que hacer para salvaguardar el clima y evitar los efectos de un cambio climático devastador, con ello estaría dejando de proteger los derechos fundamentales de las generaciones presentes y futuras.

Lorena Ruíz Huerta

Lorena Ruiz Huerta, abogada de Greenpeace España

Greenpeace, Ecologistas en Acción y Oxfam Intermón han anunciado este martes 15 de septiembre una acción histórica: el inicio de un litigio contra el Gobierno de coalición de España por inacción ante el cambio climático. Como un hecho que marca un precedente en la lucha contra el cambio climático, en EL COMEJÉN entrevistamos a Lorena Ruiz-Huerta, abogada de Greenpeace España y autora del recurso contencioso-administrativo que interponen las tres organizaciones ecologistas ante el Tribunal Supremo contra el Gobierno. 

Conocí a Lorena en el año 2016 en Cartagena, donde nos encontramos para asistir juntas a la firma de los acuerdos de paz de Colombia y luego viajamos a Bogotá a apoyar la campaña del plebiscito por el SÍ a la paz, allí vivimos momentos intensos y difíciles, y aunque ya la había visto muchas veces, porque en ese entonces era diputada y portavoz del Grupo Parlamentario Podemos en la Asamblea de Madrid (2015-2019), fue en este viaje donde empezó nuestra amistad y ahora es un orgullo para mi poder entrevistarla y compartirlo con ustedes en EL COMEJÉN.

Lorena nos puedes explicar de qué se trata la demanda que iniciaron contra el gobierno de coalición español y cuál sería su alcance en caso de salir adelante?

Hace tiempo que Greenpeace España viene dándole vueltas a la posibilidad de iniciar un litigio climático por las nefastas políticas de lucha contra el cambio climático que vienen haciendo los sucesivos gobiernos de España desde hace varias décadas. 

Hace unos meses, hemos tenido conocimiento de una sentencia histórica del Tribunal Supremo de Holanda que da la razón a la Fundación Urgenda que diez años antes había iniciado un litigo contra el gobierno de Holanda por inacción ante el cambio climático y aunque le ha costado una década, finalmente ha tenido un éxito rotundo que ha servido de inspiración en todo el mundo para iniciar litigios climáticos en varios países de Europa. En Greenpeace España hace tiempo que veníamos siguiendo este caso y tratando de buscar la manera de acceder a los tribunales la cual es una herramienta más de acción, activismo y lucha para obligar al poder a cumplir con sus obligaciones. 

Y finalmente encontramos una vía de acceso ya el gobierno de España ha incumplido una ley europea que se aprobó en el 2018 y que obliga a todos los Estados miembros de la Unión a aprobar dos instrumentos jurídicos: un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima – PNIEC – en el cual los Estados establecen su estrategia para la reducción de emisiones de CO2 para la próxima década y también deben marcar una estrategia en el largo plazo, de aquí al 2050. 

Los Estados tienen que plasmar en estos dos instrumentos jurídicos cuales van a ser sus políticas para reducir las emisiones y debían estar aprobados con carácter definitivo y enviado a Bruselas el pasado 31 de diciembre de 2019. El Gobierno de España ha incumplido esta obligación por lo que nosotros hemos encontrado una vía para demandar, porque hay un incumplimiento objetivo de una obligación jurídica que es la aprobar estos dos instrumentos esenciales según el mandato de una normativa europea.

Lo que hemos hecho ha sido seguir el procedimiento contencioso administrativo ordinario que está perfectamente establecido en la ley que dice que primero hay que agotar la vía administrativa antes de acudir a los tribunales, así en el mes de enero, cuando ya se había producido este incumplimiento, le enviamos un requerimiento al Gobierno de España y le pedimos aprobar estos dos instrumentos jurídicos.

A partir de este momento el Gobierno de España tenía tres meses para responder, en este caso se han convertido en casi siete como consecuencia del Real Decreto de Estado de Alarma que suspendió todos los plazos administrativos y judiciales del país. Una vez termino el Estado de Alarma y se retomaron los plazos, hemos tenido que esperar a que se cumpliera el plazo que el Estado tenía para contestarnos o actuar, plazo que ha transcurrido infructuosamente ya que el gobierno no nos contestó ni ha aprobado los dos instrumentos.

Por lo tanto, nos hemos visto en la necesidad de acudir al Tribunal Supremo para denunciar el incumplimiento de esta obligación jurídica. Y no nos vamos a quedar solo ahí, vamos a aprovechar la circunstancia para demandar también una mayor ambición en las políticas climáticas, porque lo que hemos podido leer en el borrador del PNIEC y estrategia a largo plazo que está preparando el Gobierno es que solamente tienen pensado reducir el 23% las emisiones para el año 2030 y desde nuestro punto de vista esto es completamente insuficiente y no está alineado con el compromiso que España adquirió al firmar el Acuerdo de París. Este tratado multilateral lo que propone es que la temperatura global del planeta no supere el grado y medio de calentamiento para final de siglo y para eso se le encargo a la comunidad científica internacional, concretamente al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático – IPCC-, que hiciera un informe explicando que había que hacer para alcanzar este objetivo, y el IPCC dijo que era imprescindible reducir las emisiones de CO2 como mínimo un 55% en 2030. Por lo tanto, las organizaciones firmantes de este litigio, Greenpeace, Ecologistas en Acción y Oxfam Intermón exigimos al Gobierno de España que reduzca las emisiones como mínimo un 55% para 2030 y no en un 23% como tiene planeado, y de esta forma alinearse con el objetivo adquirido por España al firmar el Acuerdo de París.

Y por último, en este litigio lo que planteábamos también, en sintonía con el resto de litigios climáticos que están proliferando por el resto de Europa y también es sintonía con el caso Urgenda (Holanda), es que si el Gobierno no cumple y no reduce las emisiones de CO2 en un 55%, entonces no está haciendo lo que la comunidad científica dice que hay que hacer para salvaguardar el clima y evitar los efectos de un cambio climático devastador, con ello estaría dejando de proteger los derechos fundamentales de las generaciones presentes y futuras, porque aunque no existe un derecho autónomo a la protección del medio ambiente en nuestra constitución, ni en los tratados internacionales, el Tribunal Europeo de derechos humanos si ha dejado muy claro que es obligación de los poderes públicos salvaguardar un medio ambiente saludable en el que se puedan disfrutar los derechos fundamentales a la salud y a la vida.

¿Si esta demanda es un señalamiento por parte de las tres organizaciones al Ejecutivo de coalición español sobre su inacción frente al calentamiento global, entonces evidencia que la narrativa de los progresistas es insuficiente? ¿Cuál sería una narrativa alternativa para enfrentar esta situación?

Las tres organizaciones que hemos firmado este litigio valoramos positivamente los esfuerzos del Gobierno de coalición por mejorar las políticas climáticas con respecto a las nefastas políticas que se habían venido desarrollando en las últimas décadas. España tiene un pasado de gran contaminante porque durante el periodo 2007 – 2012 ha estado contaminando muy por encima de la media de los países europeos, con cierta permisividad por parte de Europa, quien le permitió aumentar sus emisiones durante este periodo, ya que estaba menos desarrollado económicamente que el resto de países de la unión, pero a España le dieron la mano y se tomó el codo, y en lugar de aumentar sus emisiones en un 15% llego a hacerlo hasta en un 54% al final de este periodo y solo la crisis económica fue la que hizo descender el nivel de emisiones, no fue como consecuencia de políticas públicas.

Este nuevo Gobierno de coalición tiene mejor voluntad y está mejorando las políticas climáticas, pero todavía es completamente insuficiente, hemos visto como la crisis de la COVID que ha traído una situación dramática no solamente a nivel sanitario, sino también a nivel socioeconómico ha hecho que todos los lideres tomen medidas drásticas, en este caso no hemos podido ver la misma reacción a pesar de que también hay una declaración de emergencia climática aprobada por el Congreso de los Diputados español, no vemos reacciones de tanta urgencia ni tan drásticas a pesar de que la comunidad científica advierte que este es el mayor reto civilizatorio que tenemos por delante y que solo tenemos unos pocos años para actuar. Por tanto, la narrativa alternativa para enfrentar esta situación es hacer caso a lo que dice la comunidad científica internacional y ponerse en la senda de cumplir con el objetivo pactado en el Acuerdo de París, que es no superar el grado y medio de temperatura global y reducir las emisiones de CO2 por lo pronto en un 55%, como mínimo para el año 2030 y descarbonizar por completo la economía para el año 2040. De momento las decisiones que está adoptando el Gobierno no están en sintonía con esto y no solamente por el incumplimiento del volumen de emisiones acordado, también porque se está apostando por planes para revitalizar la economía tras la crisis de la COVID que pasan, por ejemplo, por un plan para rescatar la industria del automóvil, cuando lo que hay que hacer es reducir o cambiar drásticamente la manera de movernos, la movilidad de este país que es el principal causante de las emisiones de CO2.

¿Cómo ves el futuro del movimiento ecologista?

El movimiento ecologista tiene mucho futuro, afortunadamente las nuevas generaciones, la juventud, está empujando con fuerza esto que es el gran reto civilizatorio que tenemos por delante, la cuestión más importante y urgente que tenemos que abordar como especie en este siglo. Yo miro con esperanza y optimismo la enorme fuerza con que la juventud a adoptado esta causa, pero todavía queda mucho, hay que involucrar en esta lucha a también a los sectores más populares, a las clases trabajadoras, llegar a un acuerdo y a una sintonía con los sindicatos que muchas veces parece que remamos en condiciones opuestas. Nos encontramos con una lucha sindical muy clásica que no tienen incorporada la transición ecológica necesaria.

Pienso también que el movimiento ecologista debe dejar de ser un poco elitista para tejer muchas más alianzas y lograr una mayor sintonía con los sindicatos y otros tipos de lucha, como las feministas, el campesinado, el movimiento agrícola, es decir, hace falta tejer una alianza mayor, y desde el movimiento ecologista incorporar el problema de la lucha de clases, de la desigualdad y de la necesidad de trabajar por el pleno empleo de calidad y desde las luchas más sindicales o más de la defensa del campo, incorporar desde luego la defensa del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica.

¿Cuál es el mejor consejo que le puedes dar a una persona sobre lo que puede hacer para ayudar a nuestro planeta? ¿Por dónde empezamos a tomar medidas climáticas? ¿Cuáles son los pasos y la plataforma más eficaces para impulsar el cambio?

Evidentemente las luchas y los triunfos tienen que ser colectivos, lo más importante es lo que tiene que ver con los procesos colectivos, pero a nivel individual por supuesto que también se pueden hacer muchas cosas. En primer lugar, tener muy presente incorporar completamente la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente como principio esencial y rector de nuestro pensamiento político y de nuestras vidas, empezar a exigir a nuestra clase política en los procesos electorales que la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente sea un eje prioritario y transversal a todas las políticas y votar este tipo de políticas siempre. En el plano de la conducta individual hay que hacer una apuesta decidida por reducir drásticamente el consumo, no se trata solo de reciclar, de verdad hacer una vida más sencilla, reutilizar mucho más, consumir mucho menos, y es muy importante pensar en una movilidad mucho más sostenible e ir dejando de utilizar el coche lo más posible y apostar por el tren, la bici, el transporte público, por caminar, tener una vida más de cercanía y menos enloquecida.

¿A todas las personas que entrevistamos en EL COMEJÉN les pedimos que por favor nos recomienden una película o serie y un libro, cuales nos recomiendas tu?

Un libro que recomiendo que me gusta mucho y que me ayudo a clarificar el pensamiento en materia de la necesidad de acabar con este modelo capitalista depredador y apostar por el ecosocialista, es Demasiado tarde para ser pesimistas de Daniel Tanuro, muy recomendable, de la editorial Sylone. Y la película, recomiendo la última de Iciar Bollain, La boda de Rosa, me ha gustado mucho, creo que su mensaje feminista es fundamental para la mujeres porque creo que sin aprender a amarse a una misma y a respetarse no hay lugar para amar y respetar a los demás y esto me parece un principio esencial también para poder vivir en un mundo mejor y para aprender a respetar incluso a el planeta.

Ingeniera industrial de la Universidad Tecnológica de Pereira y Master Oficial en Finanzas de Empresa en Universidad Complutense de Madrid. Trabajó en el Parlamento Europeo con el partido Podemos.

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