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¿Izquierda “corroncha” o izquierda cosmopolita?

A diferencia de Europa en las que se proponen formulas como el rojipardismo o la "izquierda conservadora" para atajar el avance de la extrema derecha 2.0, en Latinoamérica es conveniente que la izquierda establezca, como está ocurriendo en la praxis, una táctica de dos tiempos.

Pedro Castillo. Izquierda en Perú

Perú, izquierda en dos tiempos. Ilustración de Cami Marín para EL COMEJÉN

Pedro Castillo, el maestro de Chota, fue recibido a palos en Lima. Transcurría 2017 y medio millón de maestros agrupados en el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP) se habían declarado en rebeldía contra el gobierno que presidía el otro Pedro, Pedro Pablo Kuczynski, el banquero detenido y acusado de pertenecer a una organización criminal encadenada al caso Odebrecht. El gobierno ilegalizó y reprimió la huelga. Pedro, el maestro de escuela y sindicalista, estaba en la primera línea recibiendo palos y gases lacrimógenos lanzados por la policía. Pedro, el cholo, será el nuevo presidente del Perú, salvo que fuerzas internas y externas rompan el hilo constitucional. La educación, el malestar campesino, la pobreza y la defensa de la familia tradicional son parte de su retórica.   

El pasado 16 de mayo una millenial llamada Irací Luiza Hassler Jacob, hija de un empresario de derecha, fue elegida alcaldesa de Santiago de Chile. Irací se fogueó en las protestas estudiantiles de 2011 e integró el Comité Central de la Juventud Comunista. Con apenas 30 años dirigirá los destinos de una de las grandes capitales de Latinoamérica y epicentro de un estallido social en 2020 que hizo temblar los cimientos del establishment. Irací, amén de comunista, se reclama militante del feminismo y la ecología y tiene entre sus principales objetivos gestionar las basuras de Santiago mediante el reciclaje y tomar medidas contra el abusivo subarriendo de las viviendas.    

La base electoral de Pedro Castillo se localiza principalmente en las regiones andinas, habitadas por familias cholas e indígenas (propietarias-proletarias) que poseen un pequeño huerto a la vez que se emplean como jornaleras. Los votantes de Irací Hassler, en cambio, provienen de las capas medias con cierto grado de formación y de colectivos identitarios. El triunfo de Irací y Pedro ha descolocado a los analistas, principalmente europeos, enfrascados en una polémica sobre cual es el rumbo que debe seguir la izquierda: entre volver a la tradición obrerista o seguir la senda identitaria. Una pugna cultural que, en el caso de Latinoamérica, es incipiente e inoportuna en vista de la abismal brecha de clase, el divorcio entre el mundo urbano y rural y la secuela colonial. 

A diferencia de Europa en las que se proponen fórmulas como el rojipardismo o la «izquierda conservadora» para atajar el avance de la extrema derecha 2.0, en Latinoamérica es conveniente que la izquierda establezca, como está ocurriendo en la praxis, una táctica de dos tiempos. La media cultural que tiene una metrópolis como Bogotá en nada se parece al listón de valores que guardan los habitantes de una remota aldea del Putumayo. Son dos mundos diametralmente distintos. Los residentes en Bogotá, por ejemplo, eligieron a una mujer lesbiana a la alcaldía, mientras que en un caserío de la Orinoquía la primera comunión de una niña es un evento trascendental y los aldeanos no tienen la menor idea de lo significa LGTBI. 

Durante mi trashumancia guerrillera me topé en la periferia colombiana con realidades que contrastaban con mi formación marxista. Lo que yo traía en la cabeza, mi base ideológica, no servía para solucionar problemas de las comunidades del campo dueñas de códigos raizales, tan legítimos como los que yo había adquirido en la escuela del comunismo. La táctica de dos tiempos no debe confundirse con la práctica populista de decirle a la gente lo que quiere oír, sino el de acoplarse a una realidad y transformarla culturalmente mediante una paciente labor pedagógica. No es rentable para la izquierda inocular, artificialmente, asuntos inmateriales a comunidades que ni siquiera han podido alcanzar el mínimo de decoro material. Sería como una segunda colonización. El cosmopolitismo urbano colonizando a la “corronchería” rural. La izquierda debe poseer cierta astucia, como recordaba la analista trans Elizabeth Duval en una entrevista para el portal Público, para moverse en este inquietante tiempo político.  

En junio y julio próximos, Irací Luiza Hassler Jacob y Pedro Castillo Terrones se tomarán posesión en sus respectivos cargos. Las ideas de Irací son previsibles y deben llenar las expectativas de una ciudad que espera mucho de ella. Pedro empezará a emborronar su caligrafía sobre una página en blanco. Puede hacer en Perú algo como lo que hizo Evo Morales en Bolivia en sus primeros años o puede volverse una estafa como lo fueron Lucio Gutiérrez y Lenin Moreno en Ecuador u Ollanta Humala en Perú. El próximo año, 2022, la cita electoral es en Colombia. Las revueltas que han ocurrido durante el paro nacional juntaron al mundo urbano con el mundo rural, al centro con la periferia, lo tradicional con lo vanguardista, lo viejo con lo nuevo…enseñanzas de la que debería tomar nota la izquierda: táctica de dos tiempos

Escritor y analista político. Blog: En el puente: a las seis es la cita.

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