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El fallido debut de los “neutrales” y la economía naranja en la Feria del Libro de Madrid

¿Entonces los invitados son aquellos que practican una literatura inocua? ¿Quedarán marcados para siempre aquellos que representan la literatura neutral en un país gobernado por mafiosos de vieja data? ¿Se salvarán aquellos que han renunciado a la presencia en Madrid y se reforzarán aquellos que no fueron invitados?

Ilustración de Cami Marín para EL COMEJÉN

Ilustración de Cami Marín para EL COMEJÉN

Lo único que sabemos de “los nuevos lineamientos de pertinencia” para escritores y artistas “naranja” es la neutralidad, según el Gobierno colombiano. Que sus obras no tengan que ver con política y, si lo hacen, que sea para enaltecer las grandezas del régimen. Estos son los criterios que ha utilizado el Gobierno para invitar a la 80 Feria del Libro de Madrid, una de las principales vitrinas del mundo hispano, a sus escritores, como invitada especial este año: Colombia. Aparte de la neutralidad, no se ha aclarado cuáles son los nuevos lineamientos con los que el gobierno narcofascista de Iván Duque valora a sus escritores y artistas. Deduzco, según la economía naranja, que además de la neutralidad, los escritores y artistas “naranja” deben pensarse así mismos como empresas, donde lo básico y lo fundamental es generar plusvalía por medio de las reglas generales del neoliberalismo: la libre competencia y el libre mercado. En tanto el artista (empresario), tenga los sentidos puestos en el mercado, el régimen puede descansar en paz.

Fueron estos los criterios que primaron para retirar el auspicio del Gobierno colombiano al Festival Literario LEA, de Atenas, dirigido por Adriana Martínez. Cuenta Santiago Gamboa que la embajada de Colombia en Italia, que gestiona la misión en Grecia, disgustada por los autores que invitó y con el argumento de que éstos no se correspondían con los nuevos “lineamientos de pertinencia” del Gobierno, cancelaba su apoyo. Santiago Gamboa haría parte de una lista negra de escritores que apoyan el proceso de paz en Colombia y el mundo.

Escribo esto para demostrar que no es una simple equivocación la palabra “neutral” utilizada por el embajador de Colombia en España, Luis Guillermo Plata, para escoger a los invitados a la 80 Feria del Libro de Madrid, y por la que ahora pide disculpas, sino que es una política de Estado. Todos los autores de importancia internacional son críticos con el neofascismo uribista, y por tanto no entran en los nuevos “lineamientos de pertinencia”. Los lineamientos de la Economía Naranja, el desmarque del Festival Literario de Atenas y la denominación “neutral” en Madrid son elementos suficientes para esta conclusión.

¿Entonces los invitados son aquellos que practican una literatura inocua? ¿Quedarán marcados para siempre aquellos que representan la literatura neutral en un país gobernado por mafiosos de vieja data? ¿Se salvarán aquellos que han renunciado a la presencia en Madrid y se reforzarán aquellos que no fueron invitados?

Son las preguntas que rondan en todos los ámbitos de allá y de acá. Ahora, no es cierto que los que han aceptado la invitación sean neutros. La neutralidad es un fenómeno irrealizable. Quienes hablan de ella hacen gala de una ignorancia escandalosa. La neutralidad no existe ni siquiera en los lectores, dice Vivian Mayén, la escritora afro colombiana: “La neutralidad me fastidia porque me despoja de mis instintos, de mi naturaleza, de mis criterios logrados a lo largo del tiempo”. Esta escritora que durante el tiempo libre practica, según dice, el sarcasmo y la lectura, cree que lo difícil es agregar un elemento neutro a una obra literaria o una obra de arte en general.

Ahora, si lo que pretendía el Gobierno es que estos escritores no hablaran de los desaparecidos en el último paro nacional, de los muertos, de los líderes sociales asesinados, de la orfandad de las clases pobres, violación de los derechos humanos y de los excesos de un régimen dictatorial, y estos escogidos cumplieran con ese “lineamiento de pertinencia”, entonces sí que serían ellos mismos y ellas mismas las que se cuelguen la mediocre pertenencia a la “generación de los neutrales”, que no creo que estén dispuestos a llevar el resto de su vida. 

Es necesario, pues, que aprovechen esta ventana universal para denunciar a un régimen sicarial que proclama la neutralidad al mismo tiempo que se decanta por hacer trizas un tratado de paz interno y se oponga miserablemente a un entendimiento entre la oposición venezolana y el gobierno de ese país.

De mucho tiempo atrás se conoce que el castaño-uribismo había elaborado listas negras de periodistas, escritores, intelectuales, profesores universitarios y todo aquello que implique un pensamiento crítico contra su gestión. Y no se quedó en simples listas. A muchos de ellos los silenció con el exilio, la censura, la autocensura y la muerte. Así que eso de las listas negras cuenta con gran experiencia institucional. 

Aquellos que no han sido invitados a esta Feria del Libro de Madrid, deben felicitarse por no hacer parte de las huestes que aplauden al gobierno genocida, y por otro lado poner en cuidado su vida porque a éstos no les cuesta ni les duele matar a cualquiera. También tienen experiencia institucional en esto.

Bueno, y a aquellos que, siendo invitados, catalogados como neutros y han salido al paso, han declinado la invitación y han denunciado la tiranía existente en Colombia, están en su derecho. No han querido estar al lado de la “escritora” María Juliana Ruiz, esposa del presidente Iván Duque, con su biografía de marras, y del mismo Iván Duque haciendo gala de los neutros con sus libros sobre sí mismos y su apología de la muerte (vaya neutralidad), y al editor institucional de éstos, y eso los pone a salvo de la neutralidad, de la chicha ni limoná, como decía Víctor Jara.

Le pregunté a Consuelo Triviño Anzola, una de las grandes escritoras colombianas residentes en Madrid, si la habían invitado a la Feria del Libro. No, me dijo, eso lo han hecho los políticos para quienes los escritores no existen. Fabio Martínez, el escritor vallecaucano, aclaró que sus libros estarán en la Feria, pero no en el stand de Colombia, sino de la mano de su editor español. “No hago parte de los neutros”, escribió en su Facebook. Y otros han aclarado que vendrán pero que procurarán estar lo más lejos posible del oficialismo. 

Esta actitud irracional y desmedida del Gobierno Duque no solo ha colmado los ánimos en Colombia. Los intelectuales españoles también han tomado como un embuste la actitud del Gobierno colombiano al pretender aprovechar su 80 Feria del Libro de Madrid para blanquear, a través de pretendidos escritores neutros, su espantoso régimen de muerte y terror. Su lema de “Colombia diversa y vital” planteado desde la neutralidad es simplemente una brutalidad lingüística que solo cabe en la mente de los iletrados. 

La Unidad Insurrecta de Acción Arte, (UIPA) que congrega a los artistas colombianos residentes fuera de Colombia, ha pedido a través de un comunicado, que los autores colombianos rechacen la presencia del presidente Iván Duque en la Feria del Libro de Madrid a la que tiene previsto acudir el 16 y 17 de septiembre: “La presencia del presidente Iván Duque es una afrenta a quienes defendemos la vida, la palabra y el diálogo”, dice el manifiesto.

Por su parte, diversas plataformas como 

#DuqueChaChao #DuqueNoEsMiPrsiente #DuqueNonGratoEspaña #AlertaDuqueEspaña #FueraDuqueGenocidaEspaña y Resistencia Madrid, han convocado a una manifestación anti Duque para el domingo 12 de septiembre, que partirá a las 12 del día de la céntrica Plaza del Sol y arribará a las puertas del Parque del Retiro, donde se concentrará, lugar donde se lleva a cabo la Feria del Libro de Madrid.

En todo caso, los “lineamientos de pertinencia” en materia cultural quedan claros según la Economía Naranja: ser neutral, abolición de la crítica y la libertad de expresión y catalogarse a uno mismo como empresa, no como escritor o artista, sino como un ente que produce y consume sus creaciones como cualquier tipo de mercancía. Los que no piensan así son los que no reciben invitación institucional a ningún evento cultural, nacional o internacional, y hacen parte de la lista negra de los enemigos del Gobierno colombiano.

Periodista y escritor colombiano. Residenciado en Madrid, colabora con medios escritos y digitales de Latinoamérica y Europa. Autor de dos novelas, cuatro poemarios y dos libros de relatos. Conferencista en el Ateneo de Madrid.

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