“Enclosetados”, me encanta esta palabra, muy arco iris, todos en este país vivimos “enclosetados”.
“Engavetados”, verbo que posiblemente debería considerar la justicia colombiana, si es verdad que trata de colaborar con la construcción de la paz en Colombia. Muchos procesos judiciales en Colombia deberían ser “engavetados”, pasar la página.
Desbandada. Dice la RAE: “acción y efecto de desbandarse, confusamente y sin orden, en dispersión”. Bueno, esto está sucediendo en todos los sectores políticos y culturales del país, nada nuevo.
En el circo mediático de la pandemia en Colombia, nos viene a la mente algunas frases históricas. “En la política la traición es casi la regla y no la excepción”. Todo esto coincide con el comienzo de la próxima campaña política a la presidencia y de cierta manera predice lo que se avecina para el próximo año. Una lucha frontal por el voto de los colombianos. Parece que a cualquier precio.
“Debemos modernizarnos”, dice la lumbrera de Oscar Iván Zuluaga, vaya genio. Propone reemplazar cultivos de coca por cultivos de mariguana, dizque porque Canadá mueve billones de dólares con este negocito. Bueno, la palabra modernizarnos suena como a cajón. Se le olvida al doctor Zuluaga qué, desde la época del hipismo en los años 60, los paisas soplan bareta duro, se habían modernizado hace mucho tiempo. Mi pregunta es: ¿el doctor Zuluaga, era un mariguanero encorsetado?
La propuesta del genio Zuluaga es mala desde todos los puntos de vista. Algo que sorprende en los últimos días es la unanimidad de pensamiento acerca de la prodigiosa inteligencia de Zuluaga. Ofrecer algo que ya está prácticamente legalizado, no es una oferta moderna ni mucho menos innovadora.
El uribismo está viendo que, a muy corto plazo, ya se puede hablar de algo más cercano, la legalización de las drogas a nivel mundial es un hecho. Esto significa que su discurso de seguridad democrática centrado en la lucha frontal contra las drogas es obsoleto. Con su propuesta más bien pretenden controlar la producción de las mismas a favor supuestamente del Estado colombiano. Entraría a jugar en la negociación un tema muy complicado que de pronto ni siquiera lo han medido. Y es: ¿quiénes son y han sido históricamente los dueños de estos cultivos?
Pero si de verdad hubiera sido como dice él, su propuesta habría incluido la legalización de los cultivos de coca, de manera audaz. Cultivos que también están (los de coca), prácticamente legalizados, aunque sea de manera tácita. Doctor Zuluaga, el consumo de bareta está legalizada desde hace décadas en muchos países del mundo.
Zuluaga muy elegantemente llama a la planta “medicinal” solo para enfermos. Bareta, maracachafa, bareguaiski, es para trabarse, doctor Zuluaga. No confunda, no espere a estar enfermo para pegarse su caladita. Joint us.
A Zuluaga se le olvidó que Colombia es uno de los principales productores de coca, no solo de mariguana en el mundo. Con el cultivo de coca medicinal se mueven más trillones que con la mariguana medicinal. Así que su propuesta se queda corta con relación al Pacto Histórico que propone Petro. Pacto que, seguro, trae la legalización de los cultivos de coca, de una vez y finalmente en Colombia.
Pero analizando una vez más la propuesta del candidato seguro del Centro Democrático (CD) él insiste que los cultivos de mariguana reemplazarán de una vez y por todas a los de coca, mejor dicho, mariguana mata coca. Esto me lleva a pensar en algo de psicodelia, de verdad, ofrecer eso es como ofrecer cultivos de palma.
La desbandada en el uribismo, o más bien en el CD, mis comejenes, es una estrategia más del viejo zorro de Uribe, no crean todo lo que trinan las bodegas. Especialmente en los políticos más cercanos a Uribe, como lo ha sido Sergio Araujo, en la Costa Caribe. Es una estrategia para acercarse al liberalismo y al santismo.
El CD en estos momentos no tiene mucho que ofrecer, pero Uribe pretende mantenerlo vivo para poder contener las bases, que son la prueba de su poder político. Un Partido que, aunque decadente, es necesario para Uribe. Enviar sus alfiles a buscar alianzas se hace necesario. Mucho más necesario por la situación en su militancia que se ha convertido en parásita, endémica y poco seductora para atraer votantes.
El uribismo no crece, es una realidad. El único candidato que tiene su paso seguro en estos momentos para la segunda vuelta presidencial es Gustavo Petro, no cabe la menor duda. La estrategia que comienza en estos momentos, un poco tardía, es saber quién pasará a segunda vuelta con Petro.
No se podría hablar del ocaso de Uribe, es más correcto hablar del ocaso del uribismo. La desbandada en el uribismo viene desde hace mucho tiempo, pero más que todo en las bases y la militancia, que nunca han sido un componente claro dentro del Partido. No es un fenómeno actual. Especialmente coincide con la formación del partido político que lo representa. La militancia uribista, las bodegas uribistas, son las únicas culpables del ocaso del uribismo. Duque le dio la estocada final.
Uribe ha estado mal rodeado hace mucho tiempo. Eso hizo que su proyecto político se viera afectado, se tomen malas decisiones, se pierdan batallas políticas y jurídicas. Es hora que Uribe se replantee las malas estrategias de sus asesores. Los colombianos están cansados de la violencia, del matoneo en las redes, también hay que desescalar el lenguaje violento. Incluso él mismo lo propuso en su entrevista con el padre de Roux.
Uribe en sus redes ha pedido “delicadeza” a la militancia con el pueblo, un poco tarde. Por el momento solo una vuelta de tuerca podría impulsar un nuevo candidato propuesto por Uribe.
En segunda vuelta -no duden que habrá- se define el ganador, única y exclusivamente por la mejor propuesta de recuperación económica. Y entran los verdaderos dueños del juego, los que definen. Gremios, Industriales, y toda la Colombia productiva que se ha visto afectada por la pandemia, y algunos más, que ustedes saben quiénes son. Atacar estos “colectivos” será contraproducente para cualquier candidato. Esto se define en lo económico, no entre católicos y ateos.
El uribismo seguirá apostando por el miedo que despierta una posible presidencia de Petro, por eso tratan con un discurso más conciliador llegar hasta Alejandro Gaviria. Aunque al ciudadano del común solo le importa el empleo, la seguridad y su bienestar, no las peleas parlamentarias del uribismo en el Congreso, con el partido de los Comunes. Dicen en Bogotá que Peñalosa es el Joker, ya veremos.
La pelea en Bogotá es entre Gaviria y Peñalosa, personas más preocupadas por los cargos, que por el futuro del país. Pero todavía falta esa posible vuelta de tuerca que le puede dar manejo a la campaña del CD.
A Poncho le digo que hay mejores folkloristas en el Caribe colombiano. Como el maestro Andrés Landeros, un inmortal. El mejor frontman del Caribe colombiano, el Mick Jagger de la cumbia colombiana. Su cumbiambera majestad, más grande que su satánica majestad. Ay no más tambó, ay no más tambó…
Para los dinosaurios comejenes, les dejo a Jimi Hendrix, King of Kings, para que se relajen con la macoña medicinal. Cójanla suave. Escuchen.
JimiCream©