De los activistas que resisten en Hong Kong no se sabe el nombre, la edad, sexo o cualquier seña en particular. Jamás sabremos a ciencia cierta quien respondió esta entrevista. Se encuentran y coordinan en foros online y a través de apps de mensajería. Es la clandestinidad al estilo siglo XXI. Se asumen como colonias de abejas, hormigas o comejenes en una isla asiática. Buscan romper el sistema en una ciudad que se ha erigido como símbolo mundial del capitalismo transnacional neoliberal, pero que ahora deslumbra por la potencia de un movimiento social que está innovando, adaptando la protesta masiva a la nueva era de la vigilancia digital y la inteligencia artificial. HKRev es uno de los portales de información centrales en la comunicación del movimiento con el mundo exterior, quieren que el mundo entienda la lucha de Hong Kong a un nivel más profundo que las fotografías llamativas.
Hong Kong es una sociedad altamente tecnológica, altamente organizada. Van muchos años por delante en términos de la influencia de la tecnología en la vida cotidiana. Lo pude comprobar yo mismo cuando visite la ciudad en el 2018. La ciudad es en realidad un hormiguero, horadado de túneles, lleno de puentes peatonales y edificios modernos, apeñuscados en un pedazo de roca, en el que difícilmente se sabe a que nivel respecto a la superficie de la tierra se esta caminando y donde las luces de neón confunden el día con la noche. Es un lugar dónde la explotación desmedida de la mano de obra lleva a personas a vivir, literalmente, en jaulas o dormir en sus puestos de trabajo, lo vi con mis propios ojos. Pero es también una ciudad con servicios de salud y transporte impecables y al alcance de todos, con reservas y parques naturales deslumbrantes, accesibles para toda la población, aunque la opulencia y la desigualdad sean avasallantes.
Para entender las tradiciones políticas de Hong Kong cabe compararlo con Oslo o Ginebra, donde apaciblemente y de manera permanente, las manifestaciones se suceden frente a los parlamentos, en solidaridad con uno u otro pueblo, por esta o aquella causa. El uso de la fuerza policial contra ciudadanos que ejercen su libertad de expresión era inimaginable. Sus jóvenes poseen una genuina vocación democrática, que combinada con la tradición del honor en estas sociedades milenarias, cargan de dignidad sus exigencias: la segunda de las cinco demandas principales de su programa es que el gobierno se retracte de la caracterización de las protestas como «disturbios». El derecho a la protesta pacífica hace parte esencial de su constitución (Basic Law).
Lo anterior explica por qué Hong Kong y los hongkoneses, tienen una identidad tan definida como la de New York, Londres, Estambul, o Buenos Aires. China quiere transformar a toda costa esa identidad. A pesar de la diferencia de opiniones que se pueden encontrar sobre la crisis en Hong Kong, hay una realidad que es innegable y que debería ser reconocida por activistas y demócratas en todo el mundo: los hongkoneses están adelantando su lucha en las condiciones más avanzadas de vigilancia y control de nuestro tiempo. Están adaptando la protesta democrática a una realidad que puede llegar a ser la realidad de todos nosotros en el curso de muy pocas décadas.
El equipo editorial de HKRev, un portal especializado en transmitir al mundo los mensajes del movimiento hongkonés, me ha concedido esta entrevista para El Comején.
Los reportes acerca de las movilizaciones en Hong Kong han llegado a todas las esquinas del mundo, pero los mensajes y propuestas de las protestas no han sido necesariamente transmitidos a los ciudadanos de otros países. ¿Cuáles son las principales razones que han motivado las protestas?
El verdadero detonante de las protestas, que comenzaron en 2019, fue el proyecto de ley de extradición a China. La ley permitiría la ejecución de solicitudes de extradición contra cualquier persona ubicada físicamente en Hong Kong, para ser juzgada en China.
Dado el historial de detenciones arbitrarias en ese país y de juicios protocolarios sobre cargos falsos, con pruebas inventadas, los hongkoneses ven en este proyecto de ley la legalización del secuestro de cualquier ciudadano hongkonés que incomode a China.
El hecho de que el gobierno de Hong Kong haya promovido este proyecto de ley, a pesar del millón de personas (de una población total de 7 millones de habitantes), que marcharon el 9 de junio de 2019, y que haya utilizado la policía antidisturbios para reprimir a los hongkoneses que protestaban pacíficamente, frente a la Cámara Legislativa, el 12 de junio de 2019, demostró que el gobierno de Hong Kong no representa la voluntad de los hongkoneses, sino la voluntad del régimen chino.
Por ello, los manifestantes han adoptado el programa de las «Cinco demandas» del 18 de junio de 2019:
– Retirar el proyecto de ley de extradición.
– Retractarse de la caracterización de las protestas como «disturbios».
– Liberar a los prisioneros, sin ningún tipo de condiciones.
– Investigar las acciones y la brutalidad policiales.
– Elecciones libres para el poder legislativo y el poder ejecutivo.
Las primeras cuatro demandas abordan el problema detonante del que ya hablamos, y la última aborda la raíz del problema: la existencia de un gobierno controlado por Beijing, que se atreve a ignorar el rechazo unánime de los hongkoneses al proyecto de ley de extradición.
La mayoría de los medios tradicionales de información anglo e hispanoparlantes definen las protestas como pro-democracia. ¿Estarían ustedes de acuerdo con esa definición? Y si es así: ¿Por qué tipo de democracia están luchando los hongkoneses?
Por lo que ya hemos dicho, las protestas pueden caracterizarse como un movimiento pro-democracia, pero con una salvedad: es una protesta reactiva, no una protesta proactiva. La mayoría de los hongkoneses no buscan necesariamente la democracia per se, sino que más bien buscan las libertades que la democracia garantiza. Las protestas no habrían cobrado tanto impulso si el gobierno de Hong Kong no hubiera actuado bajo las ordenes de Beijing, impulsando un proyecto de ley que permite arrestos autoritarios, medidas que despojarían a Hong Kong de sus libertades.
Por lo tanto, yo diría que el denominador común de los manifestantes es el deseo de un Hong Kong libre, o como dice uno de los eslogan de protesta: «Deja que Hong Kong sea Hong Kong». La democracia es sólo un medio para garantizar las libertades.
El movimiento de protesta en Hong Kong afirma no tener líderes. He escuchado la expresión “ser agua” como forma de describir su estrategia. ¿Cómo se entiende esto y como funciona un movimiento sin líderes?
El movimiento carece de líderes en el sentido de que no cuenta con una figura inspiradora como Ghandi, Mandela o Martin Luther King, ni con un organizador central que coordine lo que hace la gente. El héroe es la persona común que se mantiene firme. Se puede comparar con una colonia de hormigas o una colmena de abejas, donde cada individuo ocupa un papel al servicio de la comunidad, sin ninguna estructura de mando centralizada. En las comunidades de hormigas o abejas hay «reinas», pero de ninguna manera son el comandante o líder del grupo. Las reinas simplemente juegan un papel diferente, al igual que reconocidos defensores de la democracia de Hong Kong como Joshua Wong o Martin Lee. Su papel es ser el punto de contacto entre Hong Kong y el resto del mundo.
No tener líder no significa que no haya coordinación. A medida que el movimiento avanza, los manifestantes van encontrando su propio espacio para contribuir al movimiento con sus habilidades. Hay grupos como nosotros que están en Twitter y otras plataformas de redes sociales, para compartir lo que está sucediendo en Hong Kong con el resto del mundo, hay otros grupos que hacen la tarea de diseño gráfico, que componen canciones, que construyen infografías de video, que generan información actual y en vivo, que organizan las protestas, otros que investigan documentos gubernamentales, o que hacen lobby internacional, etc. No hay relaciones formales entre ninguno de estos grupos, las únicas cosas que los conectan entre sí son las personas y el objetivo común de un Hong Kong libre. La coordinación se hace a menudo a través de discusiones informales en foros en línea o aplicaciones de mensajería.
¿Cuál es su opinión sobre la ecología digital del movimiento? ¿Qué papel juega la tecnología y cómo les sirve?
La tecnología es esencial para que el movimiento sea de una escala tan grande. Muchos de los grupos mencionados anteriormente tienen miembros que no tienen idea de quiénes son los demás. Debido al miedo a la represión policial, la gente hace todo lo posible para ocultar sus identidades. Igual que la edad, el género, su estado de salud, etnicidad; nada de esto importa en las discusiones, sólo importa la capacidad argumentativa de cada cual para convencer a los demás con palabras.
La tecnología también conecta a los hongkoneses en Hong Kong con hongkoneses en el extranjero, muchos de los cuales se fueron en los 90˙s por temor a lo que pasaría después de la entrega a China en 1997. Como tal, la tecnología permite a todo tipo de personas, de todo el mundo, contribuir de la manera que deseen.
Las plataformas de redes sociales permitieron compartir rápidamente la información en tiempo real, en forma de transmisiones en vivo, tweets en vivo o mensajes, informando al mundo de las noticias de Hong Kong y también mostrando a los hongkoneses como estos acontecimientos se informan internacionalmente, permitiéndonos adaptar nuestras estrategias. Debido a esta rápida difusión de la información, los medios tradicionales (tv, periódicos), controlados por el gobierno de Hong Kong, no tienen ningún efecto sobre la opinión pública, ya sea aquí o en el extranjero.
¿Cómo crearon HKRev y de que manera trabajan a favor del movimiento?
Nosotros (http://hkrev.info) somos un grupo que se constituyo a través de discusiones en línea, porque sentimos la necesidad de que el mundo entienda la lucha de Hong Kong a un nivel más profundo que las fotografías llamativas. Nuestro sitio web busca documentar la cronología del movimiento y la brutalidad del régimen, en diferentes idiomas, haciendo esta información accesibles para el mundo. Nuestra cuenta de Twitter siempre busca estar conectada con el desarrollo de los acontecimientos en tiempo real.
Nuestro objetivo es documentar la verdad y compartirla internacionalmente. Tal vez no lleguemos a ver el día en que tengamos un Hong Kong libre, pero al menos podemos compartir con el resto del mundo lo que está sucediendo ahora.
Fotoreportaje: Un año de protesta en Hong Kong en 20 fotos