Volver a la palabra de los ancestros, a los bancos de pensamiento, al fogón de las abuelas, al territorio, a los sitios sagrados, a lo propio, a la espiritualidad, volver a las autoridades tradicionales, a la medicina tradicional, al gobierno propio, al centro de la espiral, a las historias de nacimiento.
Ese fue el llamado y se logró. En la coyuntura actual que vivimos los pueblos indígenas en Colombia, en la que diariamente sufrimos numerosos patrones de violencia, persecución, desplazamientos, masacres, donde nos desconocen como actores de paz y reconciliación y como autoridades en nuestros territorios; el X Congreso de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) se planificó con una agenda apretada en la que se abordaron temas relevantes y actuales que atañen a nuestros pueblos: territorio y recursos naturales, salud, educación, mujer, juventud, seguridad, comunicaciones, relacionamiento hacia adentro y hacia afuera. Se conmemoró una semana ajetreada entre el 26 y el 30 de Junio de 2021, muchos esfuerzos, concentración, energía, planificación, para la confluencia de autoridades indígenas provenientes de todos los rincones del territorio nacional. El punto de reunión, La Delfina, Buenaventura, Valle del Cauca. Ahí nos acogió el Resguardo Nasa Embera Chamí, Comunidad Nasa Kiwe.
La Delfina, donde la selva húmeda tropical y lluvias torrenciales se mezclan con aire de sabor a mar, a pacífico, donde el ritmo de salsa se siente en cada paso, así como la mixtura de culturas indígenas y negra. Aquí, donde pasa la carretera vía al pacífico, al puerto mas importante de Colombia, el puerto de Buenaventura, en el que la gente vive azotada entre la miseria y la violencia gracias a los flamantes políticos; aquí se forma un embudo al atravesar esta selva, por ello en varias ocasiones ha sido punto importante de resistencia. Una de esas ocasiones, en Abril de 2019, como escenario en el marco de la Minga donde se llegaron a acuerdos con el gobierno respecto a garantías, DDHH, paz, territorio, medio ambiente, educación, salud, niñez, guardia indígena, PND y la creación del fondo para el buen vivir de los pueblos indígenas. Poco de ello se ha cumplido. En esa ocasión, la Minga fue reconocida como un ejercicio legítimo de participación política de los Pueblos y Naciones Indígenas de Colombia, en calidad de sujetos colectivos de derechos. También quedó instaurada “Ley de Gobierno Propio Pacto para Volver al Origen”, punto base para trabajar el temario del evento. Un bloqueo en La Delfina, significa paralizar todo el comercio que entra por nuestro querido puerto de Buenaventura. Temblaron las autoridades, cuando se enteraron que esta sería la sede del X Congreso ONIC, tembló la “gente de bien”, temblaron.
Cada cuatro años nuestras organizaciones indígenas de todos los rincones del país se reúnen para legislar, se evalúa el trabajo del periodo anterior, se acuerdan directrices para los próximos años y se elige un nuevo ejecutivo. Este congreso, con un año de retraso debido a la pandemia, mediante una red de acuerdos internos y compromisos acumulados en años de trabajo organizativo ha designado a un amazónico en la consejería mayor por primera vez en la historia del movimiento, al igual que a seis mujeres de los diez cargos de consejerías. Un reconocimiento que hace mucho nos merecíamos las mujeres y que ha costado alcanzar. Debo decir que la participación de las mujeres en este Congreso ha sido maravillosa, de calidad ¡Qué lideresas! ¡Qué discursos! ¡Qué palabras! ¡Qué posturas! Es el tiempo de las mujeres, es el tiempo de los amazónicos, de volver al origen.
El X Congreso ONIC dio para todo: saludos, reencuentros entre pueblos hermanos, debates, discusiones internas, reclamaciones, acercamientos, negociaciones, inundaciones, intercambios de semillas, un juicio por jurisdicción especial indígena, alegrías, tristezas, esperanza, sobre todo demostró la capacidad de diálogo, resolución de conflictos y madurez del nuestro movimiento, la claridad sobre las políticas que se abordan y las decisiones que se toman.
Al contrario, vergonzosa y desafiante la presencia del Ministro del Interior. Con guardaespaldas armados atravesó un congreso indígena, un territorio indígena símbolo de pacifismo, violentando un espacio autónomo y soberano. Arribó ofreciendo la potabilización de la zona y construcción de una placa huella, como si eso nos devolviera los muertos que deja cada día este gobierno asesino. Sus frases vacías y leídas como: “Amanecer la palabra”, “La vida es sagrada para todos”, “Escuchar para dialogar”, irrumpieron grotescamente la concentración de los congresistas, para abuchearle y exigir que desalojara el espacio. ¡Asesino! ¡Resistencia! ¡A parar para avanzar, viva el paro nacional! Fueron las consígnas que aclamaron los dos mil delegados y delegadas del Congreso.
Un día antes, el perímetro alrededor del Congreso indígena fue militarizado y asediado. En un evento en el que usualmente las sesiones terminan a la madrugada, esa noche fue clausurada la sesión y la gente enviada a sus aposentos antes de las 21:00h. Momentos después de haberse retirado el Ministro del Interior, artefactos explosivos asaltaron nuevamente la tranquilidad de los asistentes. Uno de los artefactos explotó en la mitad del puente colgante que comunica el resguardo con la comunidad vecina habitada por los compañeros de comunidades negras y que obligatoriamente los asistentes cruzábamos a diario. Faltó poco para dejarnos sin puente e incomunicados.
No tuvo sentido la presencia del Ministro con su comitiva. Los espacios para dialogar entre pueblos indígenas e instituciones gubernamentales están dados mediante mesas de concertación, en ellos existe una agenda a desarrollar que está mas liderada por el gobierno que por las comunidades, lo cual no es ecuánime. Tampoco se avanza en los temarios y siempre nos dejan esperando la presencia del funcionario principal. Ese es el espacio para que se presenten los Ministros y sus asesores.
A pesar de los contratiempos el X Congreso avanzó en su programación. Se fortaleció la agenda social, política y económica de la nación indígena. Una agenda centrada en la unidad, la paz, la defensa de la vida, la autonomía y el buen vivir en cada uno de los territorios. Una agenda que tiene todo y mucho que aportar a la construcción del presente y futuro de Colombia.
Gracias pueblos indígenas por enseñarnos diariamente tanta dignidad. Gracias por todo lo que desde sus entrañas significa este gran movimiento. Gracias por ser fuerza, bastón y dirección en esta patria desangrada. Que sean muchos mas congresos en nuestra historia. Que la verdadera historia abra camino para que la patria nos de el lugar que nos merecemos.