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Elisa Loncón: la que nos trae la promesa

Las elecciones primarias del 18 de julio definirán los candidatos de izquierda y derecha para la contienda presidencial chilena. Las anticipaciones de sentido postulan que quizá sea posible ver en carrera rumbo al Palacio de La Moneda, a un militante comunista y a un discípulo aventajado de los Chicago Boys.

Elisa Lancón, lideresa mapuche. Imagen del portal Federación Anarquista.

Cuando por encargo del Gobierno de Chile el hijo de los Subercaseaux Errázuriz pintó a Diego de Almagro “descubriendo Chile”, no alcanzó a imaginar que más de un siglo después los pueblos originarios de estas tierras a quienes retrató como espectadores dejarían de serlo para acometer la tarea de “refundar Chile”, si se quiere, marcarían un hito en la historia que constituye la antítesis misma del mural que ornamenta el Salón de Honor del antiguo Congreso Nacional.

La obra de Pedro Subercaseaux pintada en 1913, muestra  a un invasor, triunfante, montado a caballo, enfundado en su armadura que, espada en mano, y entre estandartes se apresta a tomar posesión de las tierras del nuevo mundo en favor de la corona española. La composición también da cuenta de un par de indígenas de piel oscura, pies descalzos y a medio vestir como parte de la comitiva. De alguna manera resume la visión tradicional de la aristocracia santiaguina de la que hacía parte el pintor, de ahí que pone en relieve el contraste del esplendor y la civilización europea con la oscuridad y la barbarie nativa.

Lo dicho releva características primordiales de lo que es Chile, su orden patriarcal,  el arraigado clasismo y su histórico racismo, que se acentúan en la ensoñación omnipresente de ser “la familia bien” del vecindario sudaca. No por nada en los ochenta, la banda de rock Los Prisioneros denunciarían el eurocentrismo local, e invitarían a la crema y nata de la sociedad del momento a  irse del país. De ahí el valor que supone el que la promesa de un futuro para Chile venga de la mano de una mujer mapuche que se hizo a pulso y salió como otros de la lejana Araucanía para hacer presente la lucha de su pueblo.

Ella es Elisa Loncón Antileo, la académica universitaria, lingüista y activista por los derechos de pueblos originarios que encabeza hoy la Convención Constitucional que inició sus sesiones el pasado 4 de julio. Ha venido mostrándole al país que de lo que se trata, es lograr que la historia avance, según sus propias palabras “Esta Convención… transformará a Chile, en un Chile plurinacional, en un Chile intercultural, en un Chile que no atente contra los derechos de las mujeres, los derechos de las cuidadoras, en un Chile que cuide a la Madre Tierra, en un Chile que limpie las aguas, en un Chile libre de toda dominación”.

Bastará decir que la tarea que enfrenta no ha sido fácil, y no se trata solo de los choques entre manifestantes y carabineros que se protagonizaron el mismo día y a pocos metros del lugar de instalación de la Convención; la nula celeridad en la gestión administrativa retrasó en un día y medio el inicio de las sesiones. Algo incomprensible sobre todo si se tiene en cuenta que las instituciones gubernamentales chilenas se han fogueado y han recibido merecidos elogios por la producción y realización de eventos internacionales con menos tiempo de antelación, este traspié sembró en la opinión la duda respecto del compromiso para garantizar el éxito del proceso por parte del poder ejecutivo.

El inicio de labores no ha estado para nada exento de polémica y las refriegas políticas no se han hecho esperar, la derecha ha venido ejerciendo su papel obstaculizador, lo cual ya no es motivo de sorpresa. En cualquier caso en las pocas sesiones trascurridas se puede entrever que la política de alianzas de los sectores democráticos ha venido consolidándose, lograron de buena forma y por mayoría aprobar una declaración en favor de quienes resultaron afectados en la revuelta de octubre. Su solicitud apunta por un lado a la aceleración de las discusiones en el Senado de la república de la Ley de Indulto y de Reparación a la Victimas de Violaciones a los Derechos Humanos que se tramitan actualmente, y por otro lado, la petición al Ejecutivo del retiro de las querellas que invocan la Ley de Seguridad del Estado y la inmediata desmilitarización de los territorios ancestrales y asentamientos de la Nación Mapuche (Wallmapu).

Así mismo han establecido la ampliación de la mesa directiva a nueve integrantes, tanto la presidenta como el vicepresidente, Jaime Bassa, han liderado la idea de que dichas vicepresidencias sean elegidas teniendo en cuenta la diversidad presente en el organismo y que las comisiones también en trámite de constituirse operen con base en la  paridad de género. Estos eventos muy seguramente pondrán nuevamente a prueba la capacidad de diálogo y negociación de los sectores políticos alternativos, la presión mediática está puesta en si la derecha, hoy por hoy más aislada que nunca al interior de la Convención, podrá participar en el organismo de conducción. En este plano quizá el gran desafío es la elección entre la formalidad de “lo políticamente correcto” y la realidad de la operación política que nos enseña la historia.

Las aguas de la política se revolverán aún más con las elecciones primarias que definirán los candidatos de izquierda y derecha para la contienda presidencial del 2022 el próximo domingo 18 de julio. Las anticipaciones de sentido postulan que quizá sea posible ver en carrera rumbo al Palacio de La Moneda, a un militante comunista y a un discípulo aventajado de los Chicago Boys, pero eso aún está por verse. En el lado de los demócratas progresistas sin lugar a dudas nuevamente se pondrán en juego los anhelos de cambio y la capacidad de gestionar una articulación política convocante, eso si efectivamente se quiere echar a andar en forma la nueva carta política chilena y  de paso empezar a alivianar el pesado fardo que arrastran hoy las mayorías nacionales. 

Sociólogo y Docente Investigador radicado en Chile

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