Un fantasma recorre el universo
En busca del tímpano celestial
Es augurio de otras presas que
Nostálgicas
Esperan, en el porche de los días,
La llegada de nuevos dinosaurios.
Son los niños visionarios
Quienes se levantan intranquilos
Ante el silencio de lo confuso
Ante el bullicio de lo inesperado.
Eran las noches rotas,
Un alivio para la indiferencia
Y el columpio del parque lunar,
El recuerdo que mecía las piernas
De nuestros antepasados.
No le dimos las gracias al sueño
Cuando el reflejo del mañana
Se transformó en consciencia.
No le dimos las gracias al centinela
Cuando abrimos la puerta hacia el deseo.
No supimos romper la llamada
De lo original
cuando el mundo
Estalló
ante nuestra ausencia