La evolución rápida y profunda de educación en agroecología ha seguido innovaciones transformativas, posible en parte porque es una especialidad nueva de estudios de sistemas holísticos. La definición se ha ampliado en pocos años, del “matrimonio de la agricultura con la ecología”, al conocimiento y aplicación como “ciencia – practicas – movimiento”, hasta lo más amplio: la ecología de sistemas de alimentos. En contraste con la mayoría de cursos tradicionales, empezamos nuestras exploraciones de agroecología aprovechando el concepto de fenomenología, para establecer las raíces del estudio en las experiencias de agricultores y otras personas en el sistema de alimentos. Facilitamos una estrecha colaboración entre estudiantes, profesores, agricultores, y otros en el sistema de alimentación.
Intentamos incorporar estas ideas en la transformación de educación en agroecología, aceptando que cada persona es diferente y tiene su propio estilo de aprender
Esta estrategia asegura que todos internalicen el concepto y los resultados de la educación. En el diseño de cursos y sus actividades, invitamos las ideas y la participación de todos los interesados como miembros del equipo, explorando juntos el paisaje de aprender y la importancia de los detalles que contribuyen a sistemas sustentables en el largo plazo. Participamos juntos en una inmersión completa en la búsqueda del significado y prácticas de agroecología, y en comunidad podemos avanzar en el proceso de cambio profundo en el sistema de producción y alimentación. Intentamos desarrollar cinco capacidades claves para investigar los sistemas en el campo: la observación, el diálogo, la participación, la reflexión, y el proceso de alcanzar una visión clara del futuro. El proceso requiere transformación del papel de todos los actores en la educación, además de las facilidades y cambios en la administración. Se trata de empoderar a todos en lo que se llama apropiadamente ‘el co-diseño de educación’.
Concepto de fenomenología
Basado en las teorías de filósofos alemanas y francesas, la fenomenología empieza y guía la educación en base de experiencia practica en el campo y en el sistema de alimentación. Es un contraste completo con cursos convencionales que empiezan con las teorías básicas. La fenomenología empieza con las experiencias de los estudiantes, guiados por los profesores quienes también están en una exploración por el paisaje educacional. En base a observaciones en el campo, conversaciones con agricultores y otros, y reflexiones sobre las experiencias mutuas, el grupo puede desarrollar bases para estudiar la ecología de sistemas de alimentación. El próximo paso es entender la teoría y las experiencias de otros, aprovechando la literatura y muchas discusiones en grupos, para llegar a una apreciación de la complejidad de sistemas alimentarios y posibles soluciones para mejorarlos. La aceptación del concepto de fenomenología en muy útil en el proceso de transformación.
Educación practica
Según el educador John Dewey y otros, para aprender algo nuevo es necesario integrar información o practicas nuevas con las experiencias anteriormente conocidas. Sin esto, no existe contexto para aplicar información nueva. Muchas experiencias en la educación formal indican que las clases empiezan en base que los estudiantes están empezando de cero y el maestro tiene que llenar sus cerebros vacíos con inform
ación importante. La manera de medir el éxito del proceso es haciendo exámenes escritos para determinar si los estudiantes han memorizado las materias presentadas. Todos tenemos cierta experiencia personal con esto. La pirámide de aprendizaje nos ofrece unas alternativas.
Pirámide de aprendizaje
Según la investigación, hay estrategias para aprender mejor, por ejemplo, esta pirámide de aprendizaje, basada en las teorías de Dewey, y popularizados por Edgar Doyle. Recordamos 5% de del aprendizaje apoyado en un una presentación o clase formal, 10% de lo que podemos leer, 20% con materiales audio-visuales, y 30% de lo que observamos en forma de demostración. Los anteriores son métodos pasivos por parte del estudiante. Como indica la figura, los métodos participativos y activos son mas valiosos: 50% por la discusión en grupo, 75% cuando se incorpora alguna actividad práctica, y finalmente 90% si uno tiene que enseñar a otros. Aunque hay mucho debate sobre este modelo, lo que es seguro es que los más involucrados, los estudiantes, tienden a tener una mejor retención de la información y por ende un mejor aprendizaje. Intentamos incorporar estas ideas en la transformación de educación en agroecología, aceptando que cada persona es diferente y tiene su propio estilo de aprender.
Cinco capacidades adquiridas en la educación en agroecología
Hemos concluido que cinco capacidades son claves para aprender y practicar durante el estudio. La habilidad de observación objetivamente sin tomar decisiones rápidas contribuye al proceso de aprender del sistema de alimentación en el campo y en la ciudad, sin saltar inmediatamente a conclusiones basadas en las experiencias anteriores. La habilidad de participar en diálogo con otros estudiantes, con profesores, y con clientes en el campo ayuda a todos a procesar sus observaciones y buscar un entendimiento mas profundo de la situación. La habilidad de participación incluye prácticas en el campo afuera de la Universidad. Esto les permite observar y practicar los pasos en todo el proceso de producir plantas y animales, y de procesar y llevar los productos al mercado y al consumidor. La habilidad de reflexión es uno de los mas importantes componentes del aprendizaje, uno que no se reconoce en la mayoría de los programas. Finalmente, la habilidad de visionar el futuro del sistema de producción y consumo de alimentos es un paso esencial en la transformación de nuestro concepto de aprendizaje, y el papel nuevo de cada participante en el proceso.
Transformación de los principales participantes en la educación practica
Cambios en el papel de los profesores
En la universidad tradicional los profesores son los expertos últimos, con buena preparación y experiencia en su especialidad. Hoy día, con la revolución tecnológica de información, hay fuentes casi infinitas de recursos disponibles a los estudiantes. En este ambiente los profesores no son los únicos expertos disponibles. Como consecuencia, tenemos que redefinir nuestro papel, y asumir la responsabilidad como organizadores del paisaje de aprendizaje, y como guías para catalizar el proceso de aprender. Tenemos que orientar, estimular, y ayudar a nuestros estudiantes en como evaluar las múltiples fuentes de información para decidir por si mismo cuales tienen mas valor, y para reconocer fake news. En este ambiente, aceptamos que los estudiantes participen como colegas en la evaluación de información, ya que existen muchos recursos que ayudan en el diseño del proceso de aprender: los administradores en la universidad, otras fuentes de información practica, y los clientes en el campo y en el sistema de alimentación.
Cambios en la orientación y contribuciones de los estudiantes
Tradicionalmente los estudiantes llegan a la universidad para aprender de los profesores, respetando sus conocimientos, listos para aceptar decisiones desde arriba en la jerarquía académica. Estamos convencidos que si los estudiantes pueden aceptar un papel más amplio en su entendimiento de cómo aprender, y pueden participar en un proceso de co-aprendizaje, es posible aprender más y mejor si pueden tomar cierto liderazgo en el proceso. Si ellos participan en la planeación del curso y sus actividades, van a tomar un papel como propietarios del curso, involucrados en todo el proceso, y tomando responsabilidad por su propia educación. También pueden interactuar con los clientes y no verlos a ellos como objetos para ser estudiados, sino como co-viajeros en la aventura de aprender.
Cambios importantes en el papel de los clientes
Para tener éxito con esta transformación, los clientes (por ejemplo, los agricultores y los otros expertos) deben asumir un papel más amplio en el diseño del curso y en sus interacciones con estudiantes. En vez de jugar el papel de sujetos para entrevistar y proveer un lugar en donde los estudiantes pueden ganar cierta experiencia práctica, intentamos levantar su imagen a nivel de expertos en lo que hacen en el sistema, y reconocerles como jugadores claves en todo el proceso de aprendizaje de agroecología.
Cambios por parte del personal administrativo
Un administrador en la universidad generalmente observa las estadísticas de número de estudiantes que completan un curso, los créditos acumulados en cada rama, y cuántos candidatos terminan el programa. Rara vez tiene tiempo de observar y participar en la clase, o en el proceso de aprendizaje en cada curso, porque tiene que preocuparse de presupuestos, instalaciones físicas de la universidad, y relaciones con otros departamentos y distribución de recursos escasos para la consecución de múltiples objetivos. Además, no tiene tiempo para realmente evaluar si los estudiantes están aprendiendo. En contraste, si cada administrador tiene un papel integro en cada curso, incluyendo el diseño, la observación del proceso, y la evaluación del éxito de estudiantes va a tener una impresión muy diferente del paisaje de aprendizaje. La propuesta es de incluir todos los administradores como participantes en cada curso y en la evaluación de resultados. Es obvio que no sería posible este nivel de dedicación en cada curso, pero intentamos involucrar los administradores lo más posible como miembros del equipo en todo el proceso de aprendizaje.
Los resultados de una transformación en el proceso de educación están sumamente conectados al nivel de involucramiento de todos los actores. Hemos observado en Noruega que los profesores en agroecología puedan dejar su egoísmo como fuentes de información en sus disciplinas, y transformar sus roles de expertos científicos para asumir la responsabilidad de guiar la educación de otros. Cuando los estudiantes son invitados para asumir más responsabilidad como líderes de sus equipos y miembros reconocidos de la comunidad educativa, aprendiendo juntos con profesores y clientes, el proceso puede elevar sus metas y como consecuencia aumenta su esfuerzo en aprender. Los clientes se motivan aún más cuando se reconocen sus contribuciones, además de la información de sus producciones de cultivos o el funcionamiento de sus servicios en el mercado o la preparación de comidas, dependemos además de sus capacidades como educadores. Intentamos mantener comunicación con los administradores para informarles de las actividades educativas y sobre las publicaciones escritas por los profesores y los estudiantes. Seguramente hay que buscar mas involucramiento de los clientes y los administradores en todo el proceso de educación.
Hemos observado en el programa de agroecología en Noruega un gran interés por parte de los estudiantes. Después de terminar sus maestrías están trabajando con entidades públicas y gubernamentales, con programas en el sector non-profit, así como en el sector comercial, y unos siguen estudiando en un programa de doctorado. En los últimos años, hemos promovido la iniciación de programas semejantes en Suecia, en Francia, en Italia, dos en la India, en Etiopía, y en Uganda. Estamos en diálogos para ayudar a la construcción de un programa nuevo en Chile. Estas actividades de consultoría educativa nos indica que el programa tiene potencial en otros países, siempre con adaptación a las culturas y las condiciones medioambientales y políticas de cada país. Consideramos que los objetivos de la educación son universales, y nos parece que la transformación a una cultura académica de co-aprendizaje tiene potencial en muchos lugares en otras universidades.