Florian Warweg es politólogo y periodista. Nació en la ciudad de Magdeburgo, RDA, en julio de 1979. Formado en la universidad de Tubinga y Humboldt en Berlín, pasó varias estancias de formación y trabajó en Siria y América Latina, especialmente en Chile y Perú. Cubrió el proceso de paz en Colombia Actualmente vive con su familia argentino-alemana en Berlín. En la actualidad se desempeña como editor del canal Rusia Today para Alemania. EL COMEJÉN lo entrevistó a propósito de los treinta años de lo que se llamó la “Reunificación” de Alemania.
¿Cuál es tu relato sobre la RDA?
Si me permites, te presentaré un relato bastante personal y subjetivo de la RDA. Vengo de una familia muy dividida al respecto. Por un lado, mi padre pasó dos años en detención juvenil después de haber intentado huir de la RDA en 1973 con 17 años, la razón era que compartía con su mejor amigo el sueño de viajar por América Latina. Después de su liberación, buscó el contacto con los círculos literarios disidentes y de la oposición. Estuvo desde entonces bajo la vigilancia de la Stasi y con una pierna en la cárcel. El destino de mi viejo representa de cierta manera todo lo negativo de la RDA: Su autoritarismo, su aparato realmente represivo, y sobre todo la mente cerrada de sus cuadros, que veían en un joven como mi padre – quien soñaba con un socialismo “más humano” y que quería viajar por América Latina sobre todo para participar con cierta ingenuidad de las luchas populares de por allí-, un “enemigo de clase” y también la RDA que se mostraba incapaz de gestionar y aceptar incluso la más tímida crítica en cuanto a su liderazgo y desarrollo.
Por otro lado, la experiencia y visión de mi abuelo del lado materno. Era miembro del partido único (SED), estudió en Moscú y estaba convencido de que la RDA era lo mejor que Alemania había logrado jamás. Una Alemania antifascista, apoyando a los oprimidos y a los pueblos en su lucha anticolonial, pagando precios justos a los países hermanos en el “Tercer Mundo”, sin participar en la explotación capitalista de la periferia, y al nivel nacional, dando una enorme libertad social a sus habitantes: Una sociedad sin miedos existenciales, una sociedad que no conoció ni el desempleo ni los sin techo (hoy en día se habla de 10.000 sin techo únicamente en Berlín). Y tanto mi padre como mi abuelo tenían razón con su perspectiva. La RDA fue todo eso.
Mi recuerdo personal, mediado por la experiencia de la primera infancia, es la de una sociedad muy igualitaria, en la cual el dinero o en general el estatus y distinción social no tenía casi ninguna importancia. Por ejemplo, yo vivía en uno de estos edificios clásicos de la RDA (los llamados Plattenbau) que hoy en día son presentados como el cliché de la monotonía estética de la RDA, pero que en su época presentaron un logro social real e importante. Estas construcciones mejoraron enormemente la calidad de vida de millones de habitantes en una Alemania Oriental que sufrió por décadas una grave escasez de viviendas después de las destrucciones masivas de la Segunda Guerra Mundial. En este mismo edificio vivía el director de la clínica más grande de la ciudad junto con un trabajador simple de una fábrica de cemento y mi familia, con un padre recién salido de la cárcel. Y todos ganaban casi lo mismo.
¿Qué balance puedes ofrecer acerca de la Reunificación? ¿Fue una reunificación?
La Reunificación fue en realidad una invasión capitalista, una ocupación. No sin razón hay varios estudios que comparan y aplican teorías del colonialismo a la forma como Occidente ocupó a la RDA. Y esta estructura colonial se mantiene hasta hoy, incluso 30 años después de la llamada Reunificación. Hay algunos datos y cifras que muestran el grado de la dominación estructural resultados de este proceso.
Para el 2020 todas las universidades en Alemania Oriental -sin ninguna excepción- están dirigidas por rectores que vienen de Alemania Occidental. Y esto ocurre incluso con la gran mayoría de los profesores. Y como la clase académica se reproduce por sus redes, este dominio puede tender a mantenerse a largo plazo. Una situación muy parecida se presenta en la economía y el sector público. No hay ni un solo alemán de origen oriental entre los 200 embajadores alemanes y los 500 generales. En las capitales de los estados de Alemania Oriental, el 90% de todos los secretarios de Estado y jefes de departamento vienen del oeste. En los antiguos estados federales ni un solo alemán oriental ocupa un puesto de secretario de Estado, jefe de departamento o ministro. Tenemos cinco tribunales regionales superiores en la parte de la ex RDA, todos encabezados con jueces del oeste.
La “Reunificación” fue en realidad un cambio de élite único en el mundo; incluso en Cuba después 1960 no logró esta eliminación casi total de élites. Además, en el caso de Cuba, la mayoría de la élite se fue por cuenta propia, en la RDA este cambio fue forzado.
También continúa un desbalance al nivel de trabajo. Hasta hoy, los trabajadores en la ex RDA tienen que trabajar más horas (40 en lugar de 38) y al mismo tiempo ganan significativamente menos que lo que se paga por el mismo trabajo en Alemania Occidental. El hecho es que Merkel, un caso muy particular, viene de la RDA, oculta a los observadores internacionales muchas veces la discriminación estructural.
Otro punto: Pese al hecho de que el artículo 146 de la Constitución de la RFA exige explícitamente la formulación de una nueva Constitución, este artículo fue ignorado por completo. La Grundgesetz (la Constitución de la RFA) es la misma desde 1949. Incluso fue negada la propuesta de inventar un nuevo himno nacional, pese a que estas propuestas concretas venían de las denominadas “mesas redondas” en los últimos meses de la RDA, desde donde se impulsó una nueva Constitución alemana y el texto de un nuevo himno. Pero todas las propuestas que vinieron de un proceso genuinamente democrático fueron ignoradas por completo. La mentalidad del supuesto “ganador de la historia” no tuvo limite.
¿Por qué la retórica de Alternativa por Alemania (AfD) gana seguidores y crece en regiones de la antigua RDA?
Las razones son complejas. Pero un aspecto principal es sin duda un tipo de revancha -un voto de protesta- frente al “viejo régimen occidental”. Por las razones ya explicadas, mucha gente en la ex RDA se siente profundamente humillada y ve en el voto para la AfD una manera para expresar su descontento. Sobre todo, en Alemania Oriental es muy llamativo donde DIE LINKE fue el partido de izquierda que más votantes perdió frente a la AfD. Así es al menos la retórica de la AfD, que de hecho es bastante neoliberal, y más bien a priori poco compatible con la mentalidad de la mayoría en la región de la antigua RDA. El hecho de que la AfD es percibida -pese a todo- como una voz “anti-sistema”. Una reputación que durante casi tres décadas tenía casi como monopolio DIE LINKE en la antigua RDA. Pero que hoy está percibido como un partido establecido. La gran contradicción en este contexto es el hecho de que, sin ninguna excepción, los cuadros y líderes conocidos de la AfD en el Este vienen únicamente de Occidente, como Gauland, Meuthen, Weidel o Höcke.
En el mundo derriban estatuas de esclavistas y colonizadores. En Berlín quieren eliminar el nombre de Karl Marx de una de las estaciones del metropolitano ¿Qué opinas al respecto?
Siguiendo la información que ha circulado hasta ahora en la prensa, la iniciativa viene de una parte de la comunidad judía en Alemania. Ellos intentan presentar a Karl Marx (hijo de un Rabino) como antisemita, cuyo legado hay que eliminar por esta razón. Francamente, me faltan palabras adecuadas para comentar el trasfondo ideológico de esta iniciativa. Pero no es la única. En los últimos meses se ha discutido sobre varios nombres de calles en Berlín y estaciones de metro de la ciudad que pueden ser consideradas ofensivas para varias comunidades, incluyendo la cuestión colonial y racista.
¿Hacia dónde va la política en Alemania? ¿Tiene chance la izquierda?
Me da mucha pena decirlo, pero no veo muchas oportunidades para la izquierda actual. La crisis del Coronavirus eliminó casi por completo el papel de la oposición de la izquierda. El único partido que logró “aprovecharse” de la crisis es el partido gobernante de Merkel, la CDU, que ganó casi un 10 % de subida en las encuestas. Además, con la retirada de Sarah Wagenknecht, la más conocida de la izquierda materialista, DIE LINKE en Alemania tiende cada vez más a un discurso y enfoque postmoderno y de minorías, poniendo atención casi exclusivamente en el milieu urbano académico de las grandes ciudades. En mis ojos, una tendencia fatal y probablemente irreversible.
Finalmente, que libro y qué filme recomendarías a los lectores de EL COMEJÉN para entender el antes y el después de la Reunificación.
Para entender el antes de la Reunificación: Im Zeichen des abnehmenden Lichts de Eugen Ruge. En español: En tiempos de luz menguante, Anagrama. Para entender el después; sobre todo para entender a mi generación, la última que todavía vivió la RDA conscientemente: Zonenkinder de Jana Hensel. Ni idea si hay traducciones al español.