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“Los medios alternativos no pueden ser simples voceros gubernamentales”: Dolores Arce, desde Bolivia.

Durante el Gobierno del MAS de Evo Morales, ningún medio fue censurado, mucho menos sacado del aire, a diferencia de lo que ocurrió con el golpe de Estado

Dolores Arce. Bolivia

Dolores Arce, exdirectora del Centro de Educación y Producción Radiofónica de Bolivia. Imagen de agenciadenoticias.org

Dolores Arce es boliviana, educadora popular vinculada al fortalecimiento de las radios comunitarias desde hace más de 30 años. Fue directora del Centro de Educación y Producción Radiofónica de Bolivia (CEPRA) y de la Unidad de Radios de los Pueblos Originarios del Ministerio de Comunicación durante los gobiernos de Evo Morales. Actualmente se desempeña como asesora de comunicación de la Federación Bartolina Sisa de Cochabamba, la organización de mujeres más importante del país y una de las piedras angulares del Pacto de Unidad, la alianza social que ha sostenido el proceso de cambio.

Dolores fue clave para garantizar el flujo de información hacia Europa en los momentos más determinantes de las pasadas elecciones presidenciales. Es una incansable comunicadora, siempre dispuesta a comentar, explicar o debatir la situación de su país. Para esta edición de EL COMEJÉN, dedicada a los medios de comunicación, hemos conversado con ella sobre la experiencia boliviana en este campo.

¿Cuál ha sido el papel jugado por los medios alternativos en el proceso de transformación política y cultural de Bolivia y en particular el rol de las radios comunitarias?

Los medios alternativos fueron los que visibilizaron lo que se podría llamar la Bolivia profunda, en especial las radios comunitarias, que son voceras de pueblos indígenas y organizaciones sociales, población marginada por los grandes medios de comunicación comerciales, que además de ignorarlas, las criminaliza y las estigmatiza.

Por otra parte, en el proceso de transformación política y cultural, estos medios alternativos realizaron un acompañamiento al Gobierno nacional en especial de los muchos proyectos y programas ejecutados en los 339 municipios del territorio nacional.

Cabe resaltar que la mayoría de estos medios alternativos y radios comunitarias, realizaron estas coberturas por el compromiso con sus audiencias, sin que generalmente exista una pauta de publicidad a cambio.

¿Se ha podido construir en Bolivia un verdadero contrapeso al poder de los grandes medios tradicionales? Y si es así ¿Cómo se ha logrado esto?

Si bien se ha logrado contrarrestar la influencia de los grandes medios tradicionales, su poder en las grandes ciudades está casi intacto. Entre los medios alternativos y el uso de redes sociales se ha logrado desenmascarar la intencionalidad política de los grandes medios comerciales,  pero en las ciudades existe un público importante que consume lo que podríamos llamar “comunicación chatarra”, de contenido superficial, alienante, con información manipulada y que lejos de incentivar la reflexión o valores de autoafirmación, ofrece una programación comercial que apunta al lucro y donde el dueño del medio (el empresario) fija la línea editorial en función de sus intereses políticos y económicos.

Donde se ha logrado un contrapeso es sobre todo a nivel de las provincias alejadas. Las características de distancia de centros poblados, en algunos casos hasta inexistencia de energía eléctrica o internet, convierten a las radios comunitarias en los únicos medios de comunicación, medios que suelen tener una cercanía y pertenecer a organizaciones sociales, pueblos indígenas y lugareños.

¿Cómo evitar que la tarea de informar no se convierta en hacer propaganda, qué tipo de relación sana puede existir entre un gobierno progresista y los medios alternativos?

El secreto consiste en realizar la información siempre pensando en el público o audiencia desde sus expectativas, su vivencia, pero también realizando el control social como medio de comunicación.

Los medios alternativos no se prestarán al juego de intereses políticos de la derecha que siempre intentará mellar la imagen de un gobierno progresista para desgastarlo, pero tampoco será un simple vocero gubernamental, sino un puente entre la población a quien se debe el medio y el gobierno.

¿Cómo se defiende un gobierno progresista de los ataques de la gran prensa sin llegar a la censura, cuál es la experiencia boliviana?

En Bolivia vivimos varias etapas muy complicadas donde los empresarios de la comunicación, los dueños de los grandes medios se estrellaron de manera frontal contra el Gobierno. Estos momentos se dieron coincidiendo con las transformaciones emprendidas, por ejemplo, durante el proceso de Asamblea Constituyente. Los medios fueron aliados de los sectores conservadores y reaccionarios que hicieron correr rumores acerca del “comunismo” que se iba a instalar desde la Asamblea Constituyente. Durante los conflictos con la Medialuna, que fue el intento de un golpe cívico prefectural [desde las alcaldías] aliado a comités cívicos y empresarios, como también en otros escenarios de conflicto como el de noviembre del año pasado o los bloqueos de caminos de agosto de este año. La gran prensa actuó de manera absolutamente alineada con la derecha.  

Hace 10 años, cuando estaba en discusión la Ley 045 contra el racismo y toda forma de discriminación, misma que incluye artículos que obligan a los medios de comunicación a cuidar en su programación criterios mínimos de respeto, pudiendo ser sancionados en caso de permitir o promover el racismo o la discriminación, los dueños de medios realizaron una campaña feroz de oposición a esta ley, por supuestamente violar el derecho a la libertad de expresión.

Es bueno resaltar que, pese a todo el hostigamiento por parte de los grandes medios de comunicación, durante el Gobierno del MAS de Evo Morales, ningún medio fue censurado, mucho menos sacado del aire, a diferencia de lo que ocurrió con el golpe de Estado, donde a los pocos días, el gobierno de facto prohibió TeleSur, RT y arremetió contra medios alternativos y radios comunitarias.

Después del triunfo electoral del MAS en Bolivia y los resultados del plebiscito en Chile se siente como la llegada de un nuevo momento político en la región. Perú, Guatemala, la Minga en Colombia, ahora la derrota de Bolsonaro en las elecciones locales brasileras ¿Qué importancia le asignas a las comunicaciones para el éxito de los movimientos sociales en el continente y qué recomendaciones harías?

La comunicación es un factor clave no solamente para informar sino para articular a los movimientos sociales en el continente, permitiendo además repercusiones inmediatas gracias al avance de la tecnología y la universalización del internet.

Siendo la recomendación la de unir agendas, trabajar en una estrategia de comunicación de incidencia y articulación continental.  Iniciativas como el Foro por la Comunicación e Integración de Nuestra América (FCINA) y otras que tengan como horizonte la Patria Grande o Abya Yala, nos permiten estos intercambios de información, articulación de movimientos, medios alternativos y pueblos en lucha. 

¿Quisieras recomendar algunas lecturas para nuestro público y los que quieran entender mejor el Proceso de Cambio en Bolivia?

Para entender el golpe puede ser el de Stella Calloni Golpe en Bolivia:  Washington ordenó, OEA ejecutó. Es interesante también releer su primer libro del 2009 titulado Evo en la mira: CIA y DEA en Bolivia.  Hugo Moldiz (2020) también escribió sobre el golpe de Estado. Iván Canelas escribió un libro que se llama De Orinoca al Palacio, que es la vida de Evo. En breve saldrá su nuevo libro que será la autobiografía de Evo, desde que asumió la presidencia hasta el golpe de Estado del año pasado.

Equipo de redacción El Comején.

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