Recuerdo en 2011 el inicio de la gran ola de protesta social desencadenada en la Puerta del Sol, cuando el 15M o mejor conocido movimiento de indignados vio la luz. Éramos miles desbordando el kilometro cero de Madrid, montando la enorme infraestructura de la acampada y participando en decenas de asambleas que se organizaban por diferentes temáticas como economía, migraciones, política a largo y corto plazo, medio ambiente, feminismos, laboral, salud y educación, entre otras. Uno de los consensos claves de las primeras asambleas fue la prohibición de banderas para evitar etiquetar ideológicamente el movimiento, que no fuera posible asociarlo a ningún colectivo y así crear todo el ideario de cero y huir de las acusaciones mediáticas.
Hay un hecho que está en la memoria de todas las personas que estuvimos en la acampada que marcó un hito importante para el movimiento feminista y que abrió un debate sobre la participación de las mujeres en los espacios políticos. El 20 de mayo, cuando llevábamos 4 días de acampada, en medio del calor del verano y asambleas colmadas de gente trabajando, se desplegó una enorme pancarta sobre un edificio en la plaza: “La revolución será feminista o no será”. Acto seguido, la plaza se llenó de abucheos, los debates que estaban en marcha se detuvieron e hicieron un llamado al consenso que se había logrado de no levantar banderas. La gente allí presente, indignada con las feministas, aplaudió al chico que subió al andamio y retiro la bandera.
Este 2020, el primer año de pandemia de COVID 19, entre 194 Estados que hay en el mundo, siete de los que presentan menores tasas de mortalidad por coronavirus coinciden en estar presididos por mujeres.
Para mi fue como si se hubiera encendido un foco de luz intensa sobre los feminismos y así pude ver las concertinas que las mujeres teníamos al frente. Barreras que dificultaban acceder a los espacios de participación y debate político. Entonces las feministas desplegaron una nueva pancarta que nadie se atrevió a quitar, la asamblea de mujeres se creció y lanzaron el manifiesto. Desde entonces el movimiento feminista en España ha crecido con una fuerza imparable dando enormes pasos en materia de conquista de derechos y nosotras crecemos también como sujetas políticas.
La presencia de mujeres en la política es cada vez mayor pero la representación en las instituciones se mantiene en desventaja con relación a los hombres, el porcentaje de mujeres que ocupan cargos decisorios en los gobiernos es reducido en todos los niveles en todo el planeta. Un dato: actualmente solo 12 países en el mundo están gobernados por mujeres.
Este 2020, el primer año de pandemia de COVID 19, entre 194 Estados que hay en el mundo, siete de los que presentan menores tasas de mortalidad por coronavirus coinciden en estar presididos por mujeres. La mejor gestión de la pandemia en esos países responde a mayores recursos económicos, mejores sistemas de salud, sistemas de servicios sociales potentes y mejores condiciones de vida. Fueron los recursos y el nivel de desarrollo de estos países lo que ha propiciado que efectivamente gobiernen mujeres y que además puedan realizar una mejor administración de los recursos.
Para nosotras, es fundamental erradicar las malas prácticas políticas y poner sobre la mesa propuestas feministas que oxigenen las formas de hacer política y que nos permitan construir una propuesta transformadora, justa e inclusiva.
Varias organizaciones y colectivos feministas de todo el mundo resaltan la necesidad de impulsar leyes de paridad en los niveles legislativos nacionales y locales, y el ascenso a puestos de alto nivel en los organismos ejecutivo, legislativo y judicial. Las leyes de paridad son consideradas como una de las acciones mas eficaces para aumentar la participación política de las mujeres. En Colombia, el pasado 16 de diciembre de 2020 el Senado aprobó la paridad de género en las listas electorales y aunque falta mucho para lograr mayores garantías en la participación de las mujeres en la política, este hecho nos abrió la puerta a las mujeres que queremos dar el salto y participar en estos espacios.
Así, las mujeres que integramos en este momento el Polo Democrático Alternativo (PDA), partido colombiano de izquierda, estamos impulsando un trabajo de reestructuración interna y de actualización del ideario del partido. Para nosotras, es fundamental erradicar las malas prácticas políticas y poner sobre la mesa propuestas feministas que oxigenen las formas de hacer política y que nos permitan construir una propuesta transformadora, justa e inclusiva. Seguimos caminando, trabajando juntas en una apuesta política común que sea capaz de poner la vida en el centro.
Aprovecho este espacio para invitarlas al conversatorio que organizamos las mujeres del PDA desde “La Pola: escuela popular en asuntos de género, política y derecho” con la intención de abrir un dialogo con otras mujeres de diferentes países que vienen trabajando en procesos de acción e innovación política desde la izquierda.
El conversatorio “Las mujeres y la renovación política de la izquierda” tendrá lugar el próximo domingo 17 de enero a las 9:00 am de Colombia y se transmitirá en directo por el canal de YouTube del Polo Mujeres. Contaremos con la presencia de:
- Noelia Vera (España) Secretaria de Estado de Igualdad y contra la violencia de género y diputada en el Congreso. También es responsable de la Secretaría de feminismos de Podemos.
- Heike Hänsel (Alemania) Vicepresidenta del Die Linke y portavoz de relaciones internacionales.
- Giovanna Roa (Chile) Activista, Co-directora de Somos Ruidosa y candidata a la constituyente por Revolución Democrática.
- Anahí Durand (Perú) Candidata al Parlamento Andino por Juntos por el Perú y Secretaría de Relaciones Internacionales del movimiento Nuevo Perú.
- Florencia Polimeni (Argentina) Presidenta de la Fundación Democracia en Red.
- Susana Ochoa (Mexico) Columnista, fundadora de Wikipolitica y vocera de Futuro.