En el extenso y arduo proceso para la elaboración de la panela, hay miles de historias, diversos personajes y un montón de vivencias que he desarrollado y de las cuales he sido testigo. En el campo de San José De Pare, departamento de Boyacá, para hacer panela hay unos de afuera y otros de adentro. Hoy hablaré de los de afuera, es decir, aquellos cuya labor indispensable se fija fuera del trapiche, del molino, de la empresa. Son los hombres y mujeres que se encargan de cortar la caña panelera, recogerla, limpiarla, y a lomo de mula llevarla hacia el trapiche o molino de procesamiento.
Dicho esto, contaré que por donde pasan los de afuera, va el alma bohemia, el viento a favor y la música carranguera. Que los de afuera son muchos, cientos, posiblemente incontables. Son un gremio, una familia, una legión de corteros y arrieros (alzadores), de hombres y mujeres que llevan los cuentos en la punta de la lengua y que mientras trabajan bajo el eterno rayo de sol, expuestos y a la deriva, son felices. Con complicidad se mueven por el campo. Con sonrisa trabajan y sueñan.
Y sueñan que, por ejemplo, los pagos sean mejores y estables, las carreteras mejoren y dejen de desafiar la vida durante en el arduo trabajo. En la madrugada cuando salen de casa en medio de un torrencial aguacero o vuelven al rancho por un camino que desparece, están jugándose la vida ante el destino. Un destino que han asumido históricamente cientos de familias de San José de Pare y municipios aledaños. Un labor que heredada por generaciones: los hacedores de la panela, la materia que endulza a millares de personas en Colombia y el mundo.
Es la herencia de la caña y la panela, la herencia para los de afuera. Esa herencia de seguir afuera, enfrentado vientos y tempestades, la incertidumbre del tiempo y la certidumbre de ser olvidados por las páginas gubernamentales que parecieran no ver más que la violencia política que castiga al país.
La otra cara, la no violenta, no interesa a la historia oficial. La historia de un pueblo pequeño, de una región, de un legión de trabajadores que produce un alimento esencial en la mesa de los colombianos y colombianas. Pequeños productores de panela con poca licencia para el descanso. Por fortuna existen en este mundo de aguapanela los copleros, residentes y resilentes, que cantan a la vida sencilla de los paneleros.