El pasado 15 de julio en el corregimiento de San Adolfo, municipio de Acevedo, en el departamento del Huila, se llevó a cabo el acto de reconocimiento de responsabilidades en el marco del conflicto por parte de ex combatientes de las FARC-EP y hoy firmantes de la paz. Espacios como este se han llevado a cabo con cierta regularidad en distintas regiones de la geografía nacional, gracias a la frágil pero importante paz alcanzada, la cual ha abierto las puertas para el difícil camino de la reconciliación nacional. El reconocimiento en San Adolfo contó con la participación de representantes del Ministerio Público, delegados de las Naciones Unidas, miembros de la Iglesia católica, militantes del Partido Comunes, comparecientes ante los Tribunales de Paz y representantes de las víctimas, como Fredy Gutiérrez, quien tuvo una conversación con nosotros.
Cuéntenos un poco sobre usted y ¿cómo llego a ser representante de las víctimas?
Mi nombre es Fredy Gutiérrez, llegué a ser representante de las víctimas a través de un proceso de un desplazamiento forzado que tuve; es desde ahí donde directamente empezamos a trabajar, siempre me ha gustado trabajar en comunidad, tratar de que las regiones tengan oportunidad de crecer, de mirar sus acciones, de mirar otras oportunidades distintas a las que hemos vivido.
A través de este proceso de víctimas, se me han abierto las puertas de poderme, no tanto dar a conocer hacia al mundo, sino de crear un espacio de oportunidades hacia las víctimas que es lo que queremos. En el 2015 creamos la Asociación de Víctimas del Corregimiento de San Adolfo y ahí seguimos trabajando y ya, en 2017 hicimos un proceso de solicitud ante la Unidad de Víctimas referente a una reparación colectiva, articulándonos desde entonces con distintas entidades del Estado como la Defensoría del Pueblo, que fue la pionera en tratar con nosotros y con la cual hemos realizado las actividades y la toma de declaraciones para la firma del proceso del documento dirigido hacia la Unidad de Víctimas.
Posteriormente en el año 2019 fuimos reconocidos ante la Unidad de Víctimas y desde entonces hemos estado frente al proceso de reparación colectiva y vamos avanzando mucho más. Se nos están abriendo las puertas para darnos a conocer.
¿Cómo fue ese proceso en el que usted, quien personalmente sufrió en carne propia los rigores del conflicto, decidió apostarle a la paz? ¿Qué tan difícil fue dar ese paso?
Es un paso muy difícil porque el estar usted arraigado a una región y luego desplazarse hacia otra es bastante complicado porque la base de una familia es la pareja, es el hombre, donde él tiene la responsabilidad de mirar y velar por los hijos, de crear una cultura que ayude a mejorar tanto la economía social y de la familia. Es ahí donde pienso que se me presentó esta oportunidad de crear una Asociación y ser el representante legal de esta, para empezar a trabajar mancomunadamente con las demás víctimas y también con las personas que vivimos en este bello territorio; venimos trabajando con paso firme, son pasos duros por la fortaleza que hemos tenido de salir adelante con nuestro corregimiento, poco a poco se ha ido venido reflejando y esperamos que estas acciones no se queden solamente en el escritorio sino que el Acuerdo de Paz se vea en nuestra región.
Usted comentaba hace unos instantes que tienen algunos proyectos productivos de caficultura, pero que hay muchas dificultades.
La base de los proyectos productivos es otra parte fundamental que ayudaría a fomentar una economía eficaz en nuestra región; la verdad es que estamos un poco olvidados ante los entes intermunicipales, ante los entes nacionales. Estamos trabajando en ello para crear formas de que las acciones y los programas sociales lleguen a las verdaderas personas que lo necesitan. No buscamos aquí personas que ya están vinculadas en la política o que son políticamente favorables a un candidato u otro. ¡No! Aquí tenemos que mirar una razón social que tiene unas dificultades y que quiere fomentar y sacar unas familias adelante, buscar alternativas que nos ayuden a solventar las diferentes problemáticas en nuestra región.
¿Cuál sería su mensaje para los colombianos y colombianas en búsqueda de paz y reconciliación?
Para mí, es la fuerza de voluntad que tenemos de poder sacar este país adelante. Nosotros en el corregimiento de San Adolfo hemos sido estigmatizados durante muchas épocas, hemos sido olvidados, hemos sido atropellados y aún seguimos siendo víctimas de los mismos entes del Estado porque nos tienen abandonados, nos tienen olvidados. Yo sí le apuesto al acuerdo de paz y eso nos ayuda a que cada día edifiquemos conciencia, construyamos amor. San Adolfo es una tierra de paz, es una tierra de paisajes naturales muy hermosos. Contamos con nuestro Parque Nacional Natural Guácharos, el cual no estamos explotando porque no contamos con senderos que nos conduzcan a ese bello lugar. Tenemos una excelente caficultura que nos va a ayudar a mostrarle al mundo que contamos con excelente calidad de café, pero no tenemos las puertas necesarias para abrirnos y expandir nuestro producto, si se quiere, por todo el mundo, y es porque no tenemos las acciones concretas. No contamos con vías de acceso, no contamos con la capacitación necesaria para crear una sociedad que se impulse a trabajar, no que se impulse a buscar otras opciones como por ejemplo en los vicios, sino que nuestro interés es buscarle más alternativas a la juventud por la cual es que estamos trabajando y luchando para que tengamos en nuestro país, un futuro mejor.