Muchos muertos volvieron a la tierra (Poema)
Muchos muertos volvieron a la tierra
a esta tierra de sombras y de musgo,
debajo de los pies se hundió la siembra
y los niños gritaron en las tumbas.
Egoístas de sed y enamoradas golondrinas
y tráfico y barullo
y el semáforo rio y se hizo el ciego
y el holocausto se hizo un traje oscuro.
Muchos muertos volvieron a la tierra,
y la noche a la vuelta de la esquina,
y el caos se encendió y vos,
y vos sin mundo.
Pobre sombra caída,
pobre ciega,
pobre peregrina,
pobre sola, sin aire, sin amor,
sin espadas,
sin un muro al menos.
Sola tú,
y el temblor y la añoranza
de no ser ya de nadie
sino del viento y del sol
y de la noche incomprendida,
rota,
triste solitaria.
Herida por el mar de la belleza.
Repentino juego invadió tu sauce
de colmena perdida
y caminaste hasta donde el camino te arañaba
y las espinas y un no sé qué…
¿Hasta dónde la lengua
cortaba tu palabra?
Muchos muertos volvieron a la tierra,
a esta tierra de sombras y de musgo.
¿Cómo crecer hacia ella y en ella estar
ya sin inocencia,
sin parábolas que vuelen por el aire
enardecido, etéreo, ardiente, riguroso,
casi periférico, casi honrado aire
casi todo aire, aire.
Todo aire
arde.