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Francia Márquez: una decisión ética

En uno de los pueblos más inequitativos, racistas, clasistas y sexistas del planeta, en este dramático y vergonzoso país, en esta historia perenne de guerra fratricida que somos, existe hoy una opción profundamente ética que merecería todo el apoyo de los espíritus honestos, libres y críticos: la candidatura presidencial de Francia Elena Márquez.

Protesta en Cali, Colombia.

Protesta en Cali, Colombia. Imagen de Ana de Poética

I

Sin matices, sin términos medios, sin excusas: Colombia es una larga y aún interminable historia de dolor colectiva; una guerra fratricida sin fin que supera casi todos los records mundiales de la ignominia. El valor de la vida en este país ha sido degradado a un nivel miserable. Nos hemos dedicado a cancelar futuros, a aniquilar cada día esperanzas. Ser colombiana o colombiano es asumir la vergüenza internacional que somos, y partir de ella con valor, con serenidad, porque el desafío de transformación, para quienes lo asuman éticamente, es inevitable e infinito. Colombia tiene que mirarse al descarnado espejo de sus dolores, de sus deudas históricas. 

II

Nuestro país ocupa los primeros lugares en el mundo en desigualdad social. La vergonzosa inequidad de esta tierra debe llevarnos a un cuestionamiento profundo de nuestras zonas de confort o de evasión de la responsabilidad. Necesitamos ganar conciencia sobre las dinámicas clasistas, racistas y sexistas que pueblan nuestras cotidianidades. Dos interrogantes para la reflexión y acción: ¿qué estamos haciendo para interrumpir desde nuestros propios cuerpos los lugares de privilegio social y económico que habitamos?, ¿qué relación o conexión estamos desarrollando, desde las capitales y los centros de poder, con las comunidades más excluidas de nuestros territorios? 

III

En uno de los pueblos más inequitativos, racistas, clasistas y sexistas del planeta, en este dramático y vergonzoso país, en esta historia perenne de guerra fratricida que somos, existe hoy una opción profundamente ética que merecería todo el apoyo de los espíritus honestos, libres y críticos: la candidatura presidencial de Francia Elena Márquez. Subrayo: no se trata de una opción meramente política ni estratégica, mucho menos pragmática. Se trata, en este drama colectivo que somos, de comprometerse con una decisión ética en todo el sentido de esta palabra. Una decisión profunda que se expresa en la historia y la corporalidad de una mujer lideresa afrocolombiana que proviene del Cauca, uno de los departamentos más azotados por la violencia; una mujer que ha enfrentado desde el discurso de la no violencia los embates de esta dolorosa Colombia: el racismo, el clasismo, el sexismo, la exclusión económica, el centralismo, el desplazamiento, las amenazas por defender la vida, la comunidad y el territorio. 

La decisión fundamental para 2022 no es (sólo) política, es profundamente ética.

Matemático, profesional en filosofía y magíster en filosofía de la Universidad del Valle. Doctor en filosofía política de la Universidad Estadual de Campinas, São Paulo, Brasil. Pasantía de investigación en la Universidad de Westmisnter, Inglaterra. Profesor universitario y co-líder del colectivo Camino Yawí, Tejido de Prácticas Decoloniales e Interculturales.

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