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Si a mí me meten preso Barranquilla me saca

Ni el bacán de Nelson Pinedo que cantó con la Sonora Matancera, ni Alci Acosta con sus boleros de despecho, ni Shakira con toda su fama global han conquistado el alma del barranquillero y la barranquillera de a pie, como el Joe.

Joe Arroyo

Joe Arroyo. Imagen de Yipies Revista

Fue durante los precarnavales, en los setenta. Donde confluye la calle 72 con la Avenida Olaya Herrera vi por primera vez a Joe Arroyo cantando con la orquesta La Protesta de Colombia. El animador de la velada era el narrador deportivo Edgar Perea. Creo que esa misma noche se iba a definir entre El Wuatusi de Cali y el Negro Ray de Barranquilla quién era el mejor bailador de salsa de Colombia. En ese entonces Joe era un chico carirredondo, lucía un frondoso afro y con un flow en su voz.

Volví a ver otras veces a Joe en los Festivales de Orquesta que se llevaban a cabo los Domingos de Carnaval en el Coliseo Cubierto “Humberto Perea”, el escenario deportivo que fue demolido en 2016 mediante una implosión controlada. Por el coliseo desfilaron todas las agrupaciones y cantantes que durante años mandaban la parada en Nueva York, el Caribe y las Antillas. En el coliseo también se libraron importantes veladas boxísticas como las protagonizadas por Emiliano “El Titán” Villa, el púgil por el que apostamos miles de barranquilleros.   

Pero la imagen más dramática que recuerdo de Joe fue en una verbena del barrio El Carmen organizada por un matón de barrio apodado “Rata Gorda” quien acababa de salir de la cárcel Modelo de Barranquilla luego de purgar una condena por robo. La verbena popular se llamaba “Levanta el Cuero” y los chicos del barrio hacíamos parte del equipo logístico. Y digo que dramática porque de aquel muchacho que cantaba en La Protesta no quedaba más que un remiendo. Fue la peor época de Joe, los años en que la droga lo volvió un guiñapo. Luego vinieron las desgracias personales, pero de todas ellas el Joe fue saliendo con el apoyo y el cariño que le brindó el pueblo de Barranquilla.

En la historia de Barranquilla – una ciudad sin historia escribió García Márquez en “Reportaje sobre Bocas de Ceniza” – ningún artista ha calado tanto en el corazón del pueblo como Joe Arroyo, a pesar de haber nacido en Cartagena de Indias una de las ciudades rivales de Curramba en sentido sano. Ni el bacán de Nelson Pinedo que cantó con la Sonora Matancera, ni Alci Acosta con sus boleros de despecho, ni Shakira con toda su fama global han conquistado el alma del barranquillero y la barranquillera de a pie. El deje y el desparpajo, parte integrante del modo de ser del barranquillero, tuvieron en Joe su mejor expresión. Hay que tomar literalmente aquel pedazo de la canción de Joe que dice “…si a mí me meten preso, Barranquilla me saca…”. Barranquilla le dio licencia a Joe para que hiciera lo que le viniera en gana porque su vivencia personal, compuesta de alegría y tragedia, resumía el talante barranquillero.

Alguna vez le escuché decir a Lucho Herrera que su canción favorita era Echao pa’lante porque le hacía recordar la 14a etapa del Tour de France de 1985 cuando cayó de la bicicleta en el descenso a Saint-Etienne y tuvo el coraje de levantarse y ganar la fracción con el rostro ensangrentado.

La Rebelión, continuará siendo la canción de los que claman justicia y El Son del tren seguirá animando a la inmensa mayoría de colombianos sin fortuna que cada día se enfrentan a la vida dura.

El Top 5 de Joe Arroyo, según mi gusto:

  • En Barranquilla me quedo
  • Echao pa’lante 
  • El son del tren
  • La rebelión
  • Yamulemao 

Escritor y analista político. Blog: En el puente: a las seis es la cita.

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