Esta semana en España vivimos un terremoto político que comenzó cuando Ana García Vidal, portavoz del partido político Ciudadanos en el Gobierno de Murcia, anunciaba una moción de censura junto al PSOE contra el Partido Popular por adjudicaciones y asignaciones irregulares. Se rompe la derecha en Murcia y unas horas después sucede lo mismo en la capital. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso anuncia por sorpresa la disolución de la Asamblea y convoca elecciones anticipadas.
A continuación, Pablo Iglesias, actual ministro de Derechos Sociales y candidato de Podemos a la presidencia del Gobierno en las elecciones de 2015, 2016 y dos veces en 2019, anuncia que se presentará a las elecciones del 4 de mayo y abandonará a mediados de abril su cargo en el Gobierno para liderar el proyecto de Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid.
Este movimiento ha removido completamente el mapa político español, ya que el anuncio de Iglesias de abandonar la política estatal para lanzarse a competir en los comicios adelantados en Madrid deja en el aire el futuro del cofundador de Podemos tras siete años en primera línea. Para entender mejor las intenciones de Iglesias y analizar los intereses y las consecuencias de esta jugada política, llamé a Manolo Monereo para que me diera su punto de vista. Como siempre es un gusto poder compartirlo aquí con ustedes en EL COMEJÉN.
Manolo Monereo es considerado uno de los analistas políticos más importantes de España, y es también uno de los padres políticos de Pablo Iglesias, fue con él con quien aprendió a pensar políticamente. Su obra teórica ha quedado plasmada en títulos como Por un nuevo proyecto de país, De la crisis a la Revolución democrática, Por Europa y contra el sistema Euro, Volver a mirarnos y su último libro Oligarquía o democracia. También colabora habitualmente en medios como Cuarto Poder o El Viejo Topo.
Manolo, ¿Cómo has visto hasta el momento el desempeño de Unidas Podemos en el Gobierno?
Es un desempeño contradictorio. Por un lado, Unidas Podemos ha trabajado con mucho ahínco para gobernar con el PSOE, ha dedicado a eso una gran parte de su tarea política. Además, descubre, como no podía ser de otra manera, la enorme dificultad que significa gobernar con el Partido Socialista y, por otro lado, el Gobierno en sí. Las dos cosas son muy complejas y requieren específicas cualidades. La primera, el PSOE es un partido muy moderado, desde el punto de vista sociológico se puede hablar de que es un partido de izquierda. Es, dijéramos, la izquierda del neoliberalismo, que tiene vínculos muy profundos con el poder en España y que difícilmente hará política verdaderamente reformista. Por otro lado, las políticas que se han implementado -muchas de ellas positivas, hay que decirlo con toda claridad, como el ingreso mínimo- se ha demostrado que tiene una aplicación muy deficiente, es decir, que no cubre el objetivo que se planteaba. En definitiva, creo que es una labor contradictoria. Hay que decir que lo fundamental del Gobierno desde el punto de vista de Unidas Podemos no es tanto lo que ha hecho sino lo que ha evitado hacer. Es decir, la presencia de Unidas Podemos ha evitado políticas muy duras contra los trabajadores y contra las trabajadoras, políticas de corte autoritario y por tanto en mi opinión, es contradictorio, y de alguna forma la salida de Pablo Iglesias tiene mucho que ver con esto.
En tu criterio ¿a qué corresponde este movimiento de Pablo Iglesias de dejar el Gobierno nacional e ir a la comunidad de Madrid?
Yo creo que, como todas las decisiones políticas son complejas, siempre hay una serie de razones y al final se toma una decisión ponderando y valorando las razones. A mi juicio y como conozco a Unidas Podemos y la relación con el Gobierno, tengo la impresión, por un lado, de que Pablo Iglesias ha encontrado ya los límites de este Gobierno, sabe que su durabilidad no será muy larga y lo que es posible conseguir no será demasiado, desde luego muy lejos del programa común que defendió. Por otro lado, la estrategia que él ha tenido en los últimos meses se está agotando porque no puede ser a la vez un gobierno de oposición. En tercer lugar, la idea de que en Madrid UP no pudiese superar el 5% del voto para entrar en la Comunidad le ha parecido a él que era algo que había que evitar, me imagino que habrá intentado otra alternativa, y al ver que nadie tenía el valor de ir con coraje a resolver el problema se ha impuesto él mismo y se ha dedicado a poner en pie una alternativa que combina algo muy típico de Pablo, la audacia y la valentía.
¿Qué pasa con el Gobierno de coalición de España sin Pablo Iglesias?
Ahora habrá una tregua, me imagino que se va a notar mucho la no presencia de Pablo. Ninguno de los ministros de UP tiene el peso que tiene Pablo y, por otro lado, él también le guardaba la espalda a Pedro Sánchez, porque era muy fácil atacar a Pedro Sánchez a través de Pablo Iglesias. Ese mundo ya ha cambiado, no veo claro cómo se podría resolver la contradicción entre lo que Podemos puede y lo que quiere hacer y lo que el gobierno puede aceptar. Son contradicciones muy fuertes. Con un Partido Socialista que se considera victorioso, que las medidas que hace le benefician a él, hasta las medidas que ha tomado en nombre de Podemos, por lo tanto, mi impresión es que se está agotando el plazo y que va a depender mucho tanto de los resultados que se obtengan en Madrid como de lo que ocurra con las derechas en los próximos meses. Por lo tanto, veremos.
Con este movimiento Pablo Iglesias intentaba movilizar todo el voto posible en Madrid con la colaboración de Más Madrid, el partido de Iñigo Errejón. Ellos no tardaron en responder rechazando la opción de ir en coalición, lo cual pone tres listas del ámbito progresista en las elecciones. ¿No es posible sanar las heridas entre el errejonismo y el pablismo?
Pablo es muy realista, si algo le distingue en política es que no cree en musarañas, no cree en utopía imposible y por tanto él sabía que le iban a decir que no. Ofreció esta opción, como diría yo “por cortesía política” con los electores, pero la divergencia entre Más Madrid y contra Pablo son muy fuertes. Hay divergencias políticas, ideológicas, y de talante personal, como suele ocurrir. Más Madrid es una escisión de Podemos y las heridas de la escisión siguen abiertas. A mí no me ha extrañado nada, sí he pensado que sería una buena opción. Y por lo tanto tengo la impresión de que no solamente no va a ocurrir esa alianza, si no que me temo que va a haber una confrontación muy fuerte entre Más Madrid y Unidas Podemos. Hay un problema real que tiene mucho que ver con el juego de la política. Antes de que Pablo llegara a presentarse como candidato, en Madrid las elecciones estaban resueltas con la victoria de Ayuso, como lo demostraban las encuestas que se hicieron después de la convocatoria a nuevas elecciones, en las cuales le daban un triunfo espectacular al Partido Popular. El simple hecho de que el PSOE vuelva a revalidar a Ángel Gabilondo, demuestra que no había posibilidades de ganar, él es una persona integra y excelente, pero todo el mundo sabe que es un pésimo político que ha hecho una pésima oposición, si es que se puede llamar oposición a lo que ha hecho, y que ha desaparecido prácticamente del mapa. Por lo tanto, creo que Más Madrid pensaba que como había hecho una oposición mejor, sería la gran beneficiada de las elecciones, aunque todas las encuestas le daban que perdía. Pero ellos han visto como una especie de agresión la presentación de Pablo Iglesias, porque tiene un mérito excelente para las personas que habitamos en Madrid. Con Pablo en estas elecciones, no va a estar tan claro que tenga mayoría absoluta la señora Ayuso y que esto sea un plebiscito a favor o en contra de la señora Ayuso. Pablo mueve perfectamente el mapa, rompe la baraja existente y le da una nueva dimensión. Eso yo creo que es un mérito innegable de la posición que defiende, por lo tanto, yo creo que las posibilidades de un acuerdo eran muy difíciles. Lo que es de esperar es que cada uno se dedique básicamente a atacar a la derecha, y que al final sean los electores los que busquen la unidad y la mejor manera de hacerlo es justamente movilizar a la izquierda social, movilizar a la izquierda cultural y yo creo que eso en parte se va a hacer porque se presenta Pablo Iglesias.
A partir de aquí, ¿cómo ves el futuro de Pablo Iglesias?
No diré que está de retirada, pero creo que por lo que hemos visto ya no va a intentar jugar un papel central en la política española. No solamente ha dimitido como vicepresidente del Gobierno de España, sino que además ha propuesto a Yolanda Díaz de sucesora. Esta batalla de Pablo en Madrid es la batalla de un político que quiere demostrar que no está aquí porque adore los cargos públicos, quiere demostrar que no está en política para perpetuarse en el Gobierno, quiere demostrar que su vida no es solo la política y además quiere demostrar que no deja su organización en un momento de dificultad como en Madrid, que al fin y al cabo Madrid ha sido su organización y es donde él se ha hecho políticamente. Por lo tanto, el futuro de Pablo no lo sé, pero es evidente que ha señalado ya la ceremonia del adiós con un desafío de una magnitud enorme como son las elecciones en Madrid.
Gracias, Manolo por esta conversación. ¿Hay algo más que nos quieras decir?
Solo decir que esta es una batalla política crucial porque el Madrid de Ayuso y por tanto del Partido Popular, es un laboratorio de las políticas neoliberales y de los centros de poder dirigentes, y por lo tanto el Madrid de Ayuso es un Madrid que se intenta exportar y que expresa una alianza profunda entre los grandes poderes económicos, oligárquicos y oligopolistas. Las derechas más rancias y duras de España y sobre todo una alianza con los centros internacionales más reaccionarios, es lo que yo llamo “la trama”. Hay una trama política en España que articula los grandes poderes económicos, los poderes políticos y una parte sustancial de lo que aquí se llama las cloacas del Estado, que son los que están detrás de la política que la señora Ayuso defiende. Por lo tanto, tengo la impresión de que esto es una batalla que tiene más trascendencia que lo solo y exclusivamente madrileño.