En La verdad sobre el caso Savolta, la primerísima e icónica novela del escritor Eduardo Mendoza (Cervantes 2016), se vive una tensión revolucionaria. Barcelona es epicentro de una violenta lucha entre patronos y obreros. Fueron los llamados “Años de Plomo” en las que los gánsteres al servicio de los capitalistas tiroteaban a los sindicalistas y viceversa. Mientras esto ocurría, cientos de miles de hombres morían en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Al tiempo, una pandemia, cobraba víctimas a espuertas. La pandemia de gripe de 1918 cobró la vida del poeta francés Guillaume Apollinaire, de los pintores austriacos Gustav Klimt y Egon Schiele, del bolchevique Yákov Sverdlov y del sociólogo alemán Max Weber, entre muchos famosos. El virus no miraba caras ni pergaminos. Mientras unos se divertían otros sufrían, así lo deja ver George Orwell en Homenaje a Cataluña, opúsculo que describe su experiencia como voluntario republicano durante la Guerra Civil española.
El mundo no se detiene. El capitalismo tiene la misma o mayor voracidad que hace cien años. El arquitecto y asesor energético Chris Butters, desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, escribe para EL COMEJÉN, un duro y argumentado texto contra la avaricia de los especuladores financieros que están sacando provecho de la peste que castiga al planeta. En el capitalismo transcurren todo tipo de negocios y uno de ellos es el narcotráfico. Colombia encabeza el ranking mundial en la producción de cocaína. En Buenaventura, el puerto colombiano sobre el Pacífico, se vive una guerra de intereses asociados a la corrupción y el narcotráfico. Los lideres afrodescendientes son el eslabón débil. Su única arma es la palabra y la organización. Por estas razones los matan. Así lo explica la socióloga colombiana Laura Flórez en un informe escrito en primera persona en el que también describe la valiente respuesta de las mujeres para amortiguar los devastadores efectos de la peste.
Toni García-Villaraco, un chico catalán y padres andaluces, fue hasta Colombia para ver con sus propios ojos como las comunidades y los excombatientes encuentran en las manifestaciones artísticas una forma de conjurar la violencia y las deudas del pasado. Explica a nuestras lectoras y lectores como la obra teatral Victus, el muralismo sancarlitano y los tejidos realizados por las mujeres de Mampuján, son experiencias que dignifican a sus protagonistas. Arturo Prado Lima, nuestro fiel colaborador, hace del vínculo con su hijo, una reflexión sobre el contraste generacional.
Nos dijo Valeria, una asidua lectora de EL COMEJÉN, que Latino Power es un sitio espléndido, con una atmósfera singular, que cumple por estos días 10 años de existencia. Conversamos con Alixia, su gerente general, para que nos contara sobre este templo de la música vernácula anclado en pleno corazón de Bogotá: el barrio Chapinero. Nos sorprendió saber que llevan proyectos sociales, colaborativos y colectivos, que se identifican con nuestra filosofía.
Las preocupaciones continuan. Hemos tomado de nuestros amigos de El Viejo Topo un artículo de Silvia Ribeiro, investigadora y periodista uruguaya, responsable de programas del Grupo ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración) en México. Silvia alerta sobre una nueva pandemia que se cocina en uno de los complejos pecuarios que produce carne a gran escala. El mundo se estremece ante una nueva amenaza. El planeta está al limite. La Tierra será, si no actuamos, un paisaje apocalíptico. Por esta razón, hemos ilustrado nuestra portada con una obra de Filomeno Hernández, el cosmopolita artista colombiano cuyas raíces vienen del campo. El maestro, radicado en la ciudad suiza de Friburgo, concedió una entrevista para EL COMEJÉN en la que explica las preocupaciones que tiene por el planeta. Hacemos nuestras esas preocupaciones.